La economía según Podemos

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

BENITO ORDOÑEZ

La formación de Iglesias ha suavizado en seis meses sus planteamientos más polémicos, como el impago unilateral de la deuda pública, pero los expertos critican la inconcreción de las propuestas

29 nov 2014 . Actualizado a las 11:19 h.

En seis meses -los que nos separan de las elecciones europeas- Podemos ha levantado el pie del acelerador de sus propuestas más radicales. Se trata de «pescar» potenciales votantes en lugar de espantarlos de cara a las generales. Por ello, quizá porque comienza a creer que realmente tiene posibilidades de ser alternativa de gobierno -los sondeos los muestran imparables-, la formación que lidera Pablo Iglesias ha presentado, de la mano de los catedráticos Vincenç Navarro y Juan Torres, una batería de propuestas económicas que suavizan sus posiciones iniciales. Han cambiado la bandera bolivariana por la sueca y ya no enarbolan la ilegitimidad de una deuda pública hipertrófica para defender quitas unilaterales.

Aun así, sus recetas resultan de lo más seductoras: nada de jubilarse a los 67 años ni de encajar estoicamente bajadas salariales que condenan a las economías domésticas al consumo cero. Lucha contra el fraude para aflorar recursos, aumentar y optimizar el gasto público, renta básica garantizada y el acceso al crédito como un derecho, como «un servicio público esencial» son algunas de las propuestas incluidas en las 68 páginas del documento firmado por Navarro y Torres y que servirá de base para el programa económico definitivo de la formación.

Pero, pese a haber suavizado sus pretensiones más maximalistas, las que despertaban los mayores miedos entre empresarios y sector financiero tanto nacionales como foráneos -e incluso buena parte de la clase media- el recetario de Podemos sigue cosechando críticas de los expertos. Por encima de afinidades o lejanías ideológicas con el nuevo partido, los economistas consultados señalan casi unánimemente la «inconcreción» de las propuestas como la principal deficiencia del documento, que se queda en un mero ejercicio filosófico sobre cómo mejorar la vida de la ciudadanía, pero sin «cálculos» que respalden cómo financiar las medidas transformadoras.

El jueves, Iglesias, flanqueado por Navarro y Torres, insistió en que el plan es «realista y pragmático». Nada de «vender humo», como hicieron los Gobiernos de PP y PSOE. Ayer, tras publicarse el documento completo, las críticas arreciaron. A continuación se analizan algunas de sus claves:

Deuda pública

Reestructuración pactada. Sobre la deuda pública española, que ya supera el billón de euros, Podemos ha rebajado notablemente el tono de su propuesta: si antes de las elecciones europeas defendía quitas unilaterales, ahora aboga por una «reestructuración lo más ordenada posible de la deuda europea y de la española». «La cuestión no es si se desea o no llevarla a cabo, sino en qué condiciones se va a dar, porque es materialmente imposible que antes o después no se lleve a cabo», sostienen.

La modulación del discurso sobre una potencial quita ha sido calificada de «positiva» por los expertos, pese a que no comparten la visión sobre los beneficios de tal escenario. «Cuando se habla de quitas y reestructuración se habla de situaciones desesperadas. En el contexto actual de cumplimiento (imperfecto pero observado) de los objetivos de consolidación fiscal, plantear un impago de la deuda o su reestructuración con quitas es irresponsable, irreal y muestra un desconocimiento muy importante de la realidad económica», sentencia Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, que alerta además de la «pérdida absoluta de reputación y de acceso al mercado» que tal actuación supondría.

Empleo

Derogar la reforma laboral. Sin ambages. Así lo defendió Vincenç Navarro el jueves, al insistir en que las reformas laborales de PSOE y PP lo que buscaban era rebajar los salarios, algo que Podemos quiere revertir. Porque defienden que elevar la renta disponible de las familias es la vía para reactivar el consumo, lo que a su vez tirará de la actividad económica. También proponen fijar la jornada laboral en un máximo de 35 horas semanales e incrementar el salario mínimo, además de fijar un máximo en la diferencia entre los sueldos más altos y el sueldo medio en las empresas, que actualmente es de 127 a 1.

«Incrementar los costes salariales desemboca en una pérdida de competitividad, cierre de empresas y más paro. Es obvio que el aumento de los salarios debe vincularse a la productividad», sostiene Rafael Pampillón, director del área de Economía del IE Business School.

Renta básica

Contra la exclusión social. El documento aboga por articular un gran pacto estatal contra la pobreza y la exclusión social, orientado «a garantizar el ejercicio de los derechos humanos de contenidos económicos básicos». Para ello proponen, entre otras medidas, establecer un «sistema de renta mínima garantizada como derecho subjetivo de todas las personas». La principal crítica a esta iniciativa le llega por la vía de la financiación, es decir, ¿cuánto costará y de dónde saldrán los recursos?. Ninguna de esas cuestiones se ha desvelado aún.

«Todas sus propuestas generan déficit. Está muy bien que dejen de fijarse en Venezuela, Ecuador o Bolivia como modelos y que lo hagan en los países del norte de Europa. Está muy bien. Pero esos países cuando tuvieron que salir de la crisis le metieron un hachazo enorme al estado del bienestar», dice uno de los economistas más mediáticos del momento, José Carlos Díez.

Julio Rodríguez, miembro de Economistas frente a la Crisis, también considera que, en líneas generales, las propuestas de Podemos se centran más en el componente «redistributivo que productivo». «Son líneas de política más social, pero no en las que se vea un modelo productivo nuevo, digamos que solo hablan de prestaciones, como la renta básica, que es una especie de lujo en estos momentos», añade.

Gasto social

Revisar el sector público y reorientar la inversión. Apuestan por incrementar el gasto público orientándolo, en lugar de a inversiones en infraestructuras caras e insostenibles -uno de sus ejemplos es el tren de alta velocidad-, hacia «infraestructura social, como por ejemplo escuelas infantiles», que es realmente «fuente de empleo».

pensiones

Jubilación flexible a los 65 años. Aunque hace seis meses su planteamiento irrenunciable era fijar en los 60 años la edad de jubilación, ahora se ha suavizado, fijando en los 65 ese objetivo. Pese a ello, la crítica de los expertos es unánime: «No han hecho números. Es insostenible».

Crédito

Crear una banca pública. Uno de los derechos que Podemos defiende es que la ciudadanía tenga acceso al crédito. Proponen que sea recogido en la Constitución como «servicio público esencial» y plantean la creación de banca pública y cooperativas de crédito, además de mejorar el funcionamiento del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para que pueda prestar como cualquier banco privado. Carbó resume las críticas, al señalar que «una cosa es que existan institutos con ficha bancaria como el ICO para canalizar inversiones con un riesgo ponderado y otra cosa es crear banca pública para generar una irrealidad y un concepto falso como el del derecho al crédito». Apostilla que «hace años que en España parecemos haber olvidado que la vivienda y el empleo son derechos programáticos. Se debe aspirar a que todos los españoles los «logren» pero no se puede «garantizar» per se porque eso acaba con el incentivo al esfuerzo».