PSA sacará adelante su ajuste salarial por los votos del sindicato de empresa SIT

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

La asamblea de UGT rechaza por unanimidad el acuerdo, y la de CC.?OO. solo firmará si hay una serie de garantías

16 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los votos del sindicato de empresa SIT, mayoritario en la planta viguesa de PSA Peugeot Citroën -tienen 20 delegados de 33- garantizan el respaldo al plan de ajuste salarial propuesto por la dirección y que el resto de las centrales rechaza. «Una vez que comprobemos que el contenido del documento se ajusta a lo pactado, firmaremos por responsabilidad», afirmó el presidente del comité, Roberto Barros.

La masiva afluencia a las asambleas celebradas ayer por los distintos sindicatos para conocer la opinión de la plantilla, demuestra el interés y, en la mayoría de los casos también el rechazo que ha suscitado la propuesta. Tan caldeados están los ánimos que un delegado del SIT fue acorralado por unos 200 trabajadores que se habían quedado fuera del local por falta de espacio. Tuvo que emplearse a fondo para tratar de convencerles de que si no se alquiló un auditorio con mayor cabida no fue porque se quisiera vetar el acceso a los críticos, sino porque no contaban con semejante respuesta. «Yo llegué a las 9.30 horas, sin dormir porque trabajo en el turno de noche, y ya no pude entrar. ¿Qué pasa? ¿Que llamasteis a los más fieles para que lo ocuparan todo desde la madrugada?», le espetó uno de los trabajadores.

El grupo no ocultaba su enfado. Repetían una y otra vez que el SIT tiene 3.500 afiliados. «En un caso como este hay que escuchar la voz de todos, y máxime de los que vamos a salir peor parados», denunciaban. En este sentido, recordaban que los trabajadores del turno de día verán reducida su nómina en 60 euros al mes, mientras los de la noche perderán cerca de 200. «Yo ya hice las cuentas y voy a ganar 700 euros», gritaba un trabajador.

El acuerdo que tomaron los 200 trabajadores que sí pudieron entrar fue dejar en manos de los delegados la decisión de suscribir o no el acuerdo con la empresa. «Asumimos ese mandato por la responsabilidad que nos han dado las urnas», afirmó Roberto Barros, que añadió que la postura del SIT «es el camino del acuerdo, ya que si no firmamos corremos el riesgo de que no venga el K-9 que, a su vez, es el camino para que puedan venir otros. Queremos que dentro de 10 años la planta de Vigo pueda seguir teniendo dos líneas de producción. Asumiremos nuestra responsabilidad con todas sus consecuencias», concluyó.

El rechazo del resto

Por su parte, las asambleas de UGT y CC.?OO., también inusualmente abarrotadas, rechazaron el acuerdo por aclamación. En el primer caso, el secretario de la sección sindical leyó la lista de recortes que figuran en la propuesta «definitiva» de la empresa -bajada del 25 % en varios pluses, congelación de la antigüedad, reducción del 5 % en las tablas salariales para las nuevas incorporaciones, incremento salarial cero si el IPC no supera el 1,5 %...- para, a continuación, pedir el voto. «No vamos a dar nuestra opinión ni a abrir un turno de debate, todos sabemos lo que hay», dijo. El no fue clamoroso.

La asamblea de Comisiones Obreras fue muy participativa. Durante más de dos horas se debatió la totalidad del documento pero, sobre todo, los intervinientes dejaron claro que, siendo muy importante el aspecto económico, hay cuestiones que lo son más pensando en un proyecto de futuro y no en la inmediatez del hoy y ahora.

Por eso, están dispuestos a cambiar el rechazo frontal a la propuesta de la empresa si esta adquiere tres compromisos ineludibles y un cuarto a negociar. Dichos puntos con la adquisición de un «compromiso firme» con la industria auxiliar local, adjudicación de un segundo modelo antes del 2019 a mayores del K-9, mantenimiento de las dos líneas de producción y, por tanto, del empleo, y reabrir una nueva negociación buscando alternativas a la propuesta que ahora hay sobre la mesa.

Tampoco los sindicatos CIG y CUT firmarán mañana la propuesta. La segunda central amenaza incluso con impugnar el acuerdo.