Europa esquiva (por los pelos) la recesión

Mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Alemania crece un 0,1 %, gracias al consumo; y Francia, un 0,3 % , por el gasto público

15 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos lo daban por hecho, pero, esta vez, erraron el tiro. Europa logró sortear la recesión en el tercer trimestre del año. Por los pelos, eso sí. Porque después de avanzar un endeble 0,1 % en el segundo cuarto del año, el PIB de la eurozona solo creció un 0,2 % entre junio y septiembre, y dirige sus pasos hacia un largo estancamiento, con el fantasma de la deflación rondándola y un paro sonrojante.

Se suceden las advertencias al club del euro sobre lo equivocado de su estrategia para tirar del carro de la recuperación. Y, sus líderes, como si nada. Claman el FMI, el G-20 y, hasta Estados Unidos, por un cambio de rumbo que ponga el acento en las inversiones y en políticas monetarias y fiscales lo suficientemente expansivas como para evitar el desastre. Y, Merkel, oyendo llover. A lo más que ha llegado la canciller es a poner sobre la mesa una inversión extra de 10.000 millones de euros de aquí al 2018. Todo un detalle viniendo de la cerrazón germana. Pero insuficiente a todas luces y falto de ambición (apenas representa el 0,3 % del PIB de la primera economía europea).

Y eso que la receta que podría conducir a la eurozona a la casilla de salida de la crisis, tras seis largos años de penurias, parece clara para muchos. Tan clara como difícil de llevar a la práctica. Francia e Italia tienen que dejar de marear la perdiz e impulsar de una soberana vez reformas estructurales ambiciosas: esas que prometen con la boca pequeña, pero que no nunca llegan. El BCE ha de seguir poniendo toda la carne en el asador. La inversión privada -mortecina, ella- tiene que resucitar. Y, los países con margen fiscal para hacerlo -léase Alemania- deben arrimar el hombro para que todos salgan del atolladero.

De momento, solo Draghi está cumpliendo su parte del trato. Y a ver si tanta osadía no le acaba costando la cabeza al italiano, que los halcones de Merkel le tienen muchas ganas. Mientras llega -si es que lo hace- la reacción de los líderes europeos, en otros suelos, como el estadounidense, se crece ya a ritmos cercanos al 1 %.

Alemania

Contra pronóstico. Después del traspiés del segundo trimestre y de que el Gobierno de la canciller se viese obligado a rebajar las previsiones, muchos esperaban que la locomotora alemana entrase en recesión en el tercer cuarto del año, sumando a la anterior una nueva contracción de la riqueza nacional. No ha sido así. Creció un exiguo 0,1 %, pero creció. Y lo hizo gracias, en buena medida, al resurgir del consumo privado. Estando los tipos de interés como están -en mínimos históricos, y con algún banco patrio cobrando ya por los depósitos-, los alemanes -ahorradores ellos por naturaleza- no están por la labor de seguir guardando el dinero. Gastan con más alegría. Entre eso, y que las exportaciones siguen tirando del carro, Alemania ha logrado sortear el bache.

Francia

A lomos del gasto público. No anda la segunda mayor economía del euro lo que se dice para muchas alegrías. Un crecimiento anémico, un desempleo en máximos históricos y una deuda que supera los dos billones no son precisamente motivos para tirar cohetes. Y menos, cuando el déficit sigue fuera de control. Pero, en el tercer trimestre, Francia ha sorprendido a muchos. Esta vez para bien. Ha crecido un 0,3 %. Y, lo ha hecho gracias a un mayor gasto público. Seguro que en Alemania más de uno, al enterarse, ha arrugado la nariz.

Italia

La que más preocupa. Es ahora el principal foco de preocupación para la vieja Europa. Su PIB se contrajo un 0,1 % en el tercer trimestre, lo que implica la entrada en recesión. El problema de Italia es el mismo desde hace décadas: una deuda pública espeluznante (de casi el 136 % del PIB). Es la punta del iceberg de un sistema anticuado, ineficaz y corrupto, que pide reformas a gritos, pero que ningún Gobierno ha sido capaz ni de amagar. El primer ministro Matteo Renzi, a quien nadie ha votado, parece ser la última esperanza. Pero, pasa el tiempo y su crédito se acaba. Alemania cada vez se fía menos.

Grecia

¿Fin de la pesadilla? Grecia ha conseguido dejar atrás la recesión tras seis años desangrándose. Comenzó a hacerlo ya en el primer trimestre del año y, ahora, en el tercero, se ha anotado el mayor avance de la eurozona, con un paso adelante del 0,7 %. Aunque, todo hay que decirlo, detrás de las cifras está la nueva metodología empleada para medir el PIB.

España

La mejor entre las grandes. Está llamada a ser el motor de la eurozona en el 2015. Eso al menos es lo que dibujan las últimas previsiones elaboradas por Bruselas. De momento, y en el tercer trimestre, fue, entre las grandes economías del euro, la que más vigor mostró (avanzó un 0,5 %). Pero, si los demás no crecen, o lo hacen al ralentí, la cosa se complicará sobremanera. El efecto contagio existe. Y el que no lo ve será porque no quiere.