Mientras los sindicatos alertan de que en España hay poco trabajo debido a la crisis y el escaso que se crea es estacional y en muy malas condiciones, algunas grandes empresas prefieren colocar el foco en la bolsa de empleo sumergido. El Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), el think tank liderado por César Alierta y que bendice la estrategia económica del Gobierno de Rajoy, ha cifrado en 1,8 millones el número de personas que tienen un trabajo en negro. La actividad que desempeñan equivale al 11 % del producto interior bruto español. El empleo sumergido, según el análisis del CEC, obedecería a un doble perfil: el de los desempleados inscritos como parados pero que tienen un trabajo sin dar de alta en la Seguridad Social y el de los más jóvenes que percibirían una parte de su salario en negro.
Los extranjeros
En España, tal y como sostiene el think tank liderado por Alierta, habría todavía 277.000 inmigrantes que estarían trabajando ajenos a los controles de la Administración pública. El CEC lanza estos datos para contrarrestar la tesis de que falta actividad económica y trabajo en buenas condiciones, pero las cifras sobre empleo sumergido generan un profundo debate.
Rigor en cuestión
Numerosos académicos y expertos consideran que es un problema muy complejo de abordar estadísticamente. Y desconocen cuál es el método que ha utilizado el CEC para concluir que el empleo sumergido representa el 11 % del PIB español. Una fórmula aparentemente sencilla sería cruzar los datos de la afiliación a la Seguridad Social, es decir, los trabajadores de alta, con la estimación de ocupados que ofrece la EPA, que es siempre superior. La diferencia entre ambas variables, que en Galicia está por encima de las 80.000 personas, daría una primera aproximación del número de trabajadores que están en la economía sumergida. Pero ese es un método con un alto margen de error, básicamente porque muchos funcionarios públicos han dejado de estar en Muface y forman parte de la Seguridad Social.