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Manuel Oñate: «Hasta ahora había un parón absoluto, pero con la nueva regulación hay mucha gente que está considerando invertir»

m. s. d. redacción / la voz

AGRICULTURA

09 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación Española de RPAS (AERPAS) se constituyó hace algo más de un año con el propósito de impulsar el establecimiento de una regulación que permitiera las operaciones civiles de las aeronaves no tripuladas en España. Manuel Oñate, presidente de la asociación, asegura que la normativa provisional aprobada el pasado 5 de julio ha supuesto un espaldarazo al sector.

-¿Qué consecuencias está teniendo la regulación del sector de los drones?

-Hasta ahora había un parón absoluto en la industria. Los únicos vuelos permitidos eran los de demostración o experimentación. La normativa es provisoria, pero suficiente para que se produzca dinamismo en el mercado. Solo con que haya regulación, ya se genera actividad inversora. Hay mucha gente que está considerando invertir.

-¿Dónde está el negocio, en la fabricación de los aparatos o en la prestación de servicios?

-Es posible que los organismos oficiales adquieran los aparatos, pero el verdadero negocio estará en la prestación de servicios, que abarca muchos ámbitos, más allá de las conocidas funciones de vigilancia y seguridad.

-¿Qué servicios puede prestar un avión no tripulado a un particular?

-Pues se hace mucha fotografía y vídeo aéreo para medios de comunicación; topografía; mediciones para la agricultura de precisión, a través de sensores que evalúan el nivel de crecimiento de las plantas, el grado de humedad de la tierra o cuándo es buen momento para comenzar la vendimia, por ejemplo. También se pueden utilizar para búsquedas y rescates en los montes o en el mar o para el control de los incendios.

-¿Qué importancia tienen para las empresas de RPAS centros de investigación como el de Rozas, en Lugo?

-Los centros de ensayo son necesarios, porque hay que hacer aeronaves más grandes, que vuelen más lejos, y para eso hace falta desarrollar tecnología. Además, España, por su ubicación, tiene facilidad para que empresas de otros países hagan aquí sus pruebas y eso genera riqueza y negocio.