«De poco vale bajar las tasas de paro si el empleo que se crea es precario»

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Cree posible una nueva recesión en la eurozona, pero ve a España al margen

26 oct 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Antes de hacerse cargo de la oficina de análisis del BBVA, Rafael Doménech Vilariño fue asesor del Gobierno en la segunda legislatura de Zapatero, también de la OCDE y de la Comisión Europea. Se explica con la pedagogía de un profesor universitario (que también lo es) y esta semana presentó unas perspectivas algo alentadoras para Galicia, de donde es originaria su madre. Pero, pese al crecimiento del 2,2 % que augura para la comunidad en el 2015, este economista no pierde de vista los nubarrones que vienen del continente.

- ¿Hay riesgo de que volvamos a caer en una recesión en la eurozona? Hay señales preocupantes...

-Hay riesgo, y no debemos infravalorarlo. De hecho ese riesgo ha ido aumentando principalmente porque vemos tres hechos. El primero, que la actividad ha crecido menos en el segundo y tercer trimestre. En segundo lugar, las expectativas de inflación se están quedando por debajo de lo que preveía el BCE, y crece el riesgo de una inflación muy baja. Y el tercer hecho es que se constata que ante la ausencia de una unión política y fiscal más intensa, algunas de las políticas monetarias llegan a su límite.

- Hay además, es coincidente en todos los analistas, riesgos geopolíticos importantes. ¿Cuál le preocupa más?

-No hay uno único, hay muchos. Y tenemos que acostumbrarnos porque la economía está más globalizada y por ello importa mucho lo que pasa en cualquier parte, y eso supone gestionar riesgos en todo el mundo. Hay algunos específicos, como lo que sucede en Oriente Próximo, en Siria, y su posible contagio a Irak o al Líbano, por su afección al mercado del petróleo. Más cercano: Ucrania, por las sanciones a Rusia. Hay otros, como lo que pueda pasar en países de América Latina, si suben los tipos de interés en Estados Unidos...

- ¿Esto último, por el mercado que es, nos debería preocupar más en España?

- Sí, en cierto modo. Pero el mundo es lo bastante grande como para buscar otros mercados. Hay que diversificar destinos, productos y sectores. España está diversificada en destinos y productos. Sin llegar a la altura de Japón o Alemania, para nuestro tamaño estamos bastante diversificados. Pero hay que seguir. Corea, por su tamaño y población es similar a España, y exporta casi el 60 % de su PIB; aquí estamos en más o menos el 35 %.

- Habla de un riesgo de recesión en la eurozona. ¿España es inmune o está también en la misma situación?

-No. Incluso en una situación de estancamiento de la eurozona, España crecería. La percepción que tenemos nosotros y el mercado, los inversores y la banca de inversión, es que hay que seguir trabajando, pero que hemos hecho más reformas que otros y vamos por delante: desde la reestructuración bancaria a la del mercado de trabajo, el sistema de pensiones, la fiscalidad...

- Es eso de que somos el alumno aventajado de Europa...

-Sí, pero también por una necesidad, era un imperativo mucho mayor porque no había otra salida. Alemania está en una situación de muy bajo desempleo, con unos niveles de consumo privado por encima del resto, con equilibrio en el gasto público...

- Pero corrige a la baja sus previsiones...

-Sí, pero no tiene necesidad de reformas. Nos sacan ventajas en casi todo. Su situación no tiene nada que ver con nosotros. Solo en desempleo, ellos están por debajo del 5 %. Nosotros, cerca del 24.

- ¿Y cuándo veremos en España tasas de paro normalizadas?

-En una situación cíclica neutral, el paro estructural en España oscila entre 14 y 18 %. Y eso es algo a corregir a largo plazo, es extraordinariamente elevado, nuestro talón de Aquiles. En Estados Unidos o países europeos de referencia, el paro estructural es del 6 %, menos de la mitad que nosotros. Tenemos que aspirar a llegar a las tasas del 2007, y corregir esas debilidades para tener una tasa menor, y un empleo más estable y de calidad. De poco vale llegar a unos niveles menores de desempleo si el trabajo es precario, temporal, de baja calidad... Si es poco productivo. Porque provocará una segmentación de la economía en la eurozona, donde los puestos estables se crean en el centro, y los más precarios, en el sur. Y eso es algo a corregir.

- Hay que darle entonces una vuelta a la reforma laboral...

-No es tanto una vuelta... Me da igual el nombre, pero se necesitan más medidas, y evaluar y reevaluar las que se han hecho. Y si hay que cambiar, hacerlo, y no parar de reformar el mercado de trabajo hasta que esté al nivel de los países de referencia. Eso exige medidas. Pero también hay que ser conscientes de que no hay una medida estrella para el mercado de trabajo. Porque el empleo es solo un termómetro que mide otras debilidades: tiene que ver con mercados fragmentados de bienes y servicios, con márgenes empresariales excesivos, con empresas no bien gestionadas, otras que son excesivamente pequeñas, con Administraciones públicas que no funcionan lo bien que deberían, con una estructura fiscal mejorable... Todo esto termina aflorando en el mercado laboral en forma de más desempleo.

- Lo ha citado: la reforma en la Administración. Siempre se habla de ello, pero no se aborda...

-Es que es bastante evidente que hay que hacerla. Si una empresa trabaja constantemente a pérdidas, hablamos sin problema de una reestructuración. Pues hay que hacerlo igual con el sector público. Con el agravante de que es el mayor sector productivo del país. Se van haciendo algunas cosas en diferentes niveles, pero no será suficiente hasta que no lleguemos a la estabilidad presupuestaria, que aún estamos a mitad de camino. Y cuando estemos en esa estabilidad, habrá que seguir mejorando la eficiencia en gasto se ingresos. Esto lo hacen las empresas todos los días, y tiene que pasar también en el sector público.