Los depósitos en Galicia suben 1.500 millones más, con el crédito a la baja

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La banca española pide 15.000 millones en la barra libre del liquidez del BCE, un parche para avivar la demanda de préstamos de las empresas

19 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El negocio bancario en Galicia sigue reflejando un mercado divergente: más ahorro y todavía menos crédito, aunque las entidades insisten en que están dispuestas a abrir el grifo. Los datos revelados ayer por el Banco de España indican que los depósitos de los particulares (cuentas de ahorro, a la vista o a plazo) se han incrementado en el último trimestre en casi 1.500 millones de euros: de 53.768 millones en marzo a 55.241 en junio. Esta última cifra supone un nuevo récord de ahorro en la serie histórica. Cada día, los bancos que operan en la comunidad han engordado sus depósitos en 16,3 millones al día. Si se mira un poco más atrás, en un año el incremento ha sido de casi 3.000 millones de euros, un 5 % más.

Sin embargo, la otra parte de la balanza sigue a la baja. En un trimestre, 221 millones menos, para quedarse en 44.215 millones prestados a su clientela privada (las administraciones públicas quedan aparte). Es la cifra más baja desde septiembre del 2005. En este caso, son 2,1 millones menos al día entre abril y junio. La diferencia con la otra parte es notable.

Galicia se confirma así como un granero de fondos para la banca, algo que admiten en privado los principales directivos de bancos que operan en la comunidad. El notable escalón entre créditos y depósitos (ahora por cada 100 euros prestados hay 124 ahorrados) solo se da en otras cuatro comunidades (Asturias, País Vasco, Extremadura, Castilla y León), aunque con tal desproporción solo en este último territorio.

¿Qué hay detrás de estos datos? Dos fenómenos, principalmente. Por un lado, un repunte más acusado en el ahorro de los clientes, que puede indicar una cierta aversión al riesgo (renta variable o productos estructurados). Y por otro, que aunque la banca ha empezado a abrir la mano, el número de cancelaciones de operaciones sigue siendo mayor que las nuevas operaciones de financiación.

La situación de lentísimo goteo de crédito sucede en otras partes de Europa. Para tratar de corregir esa carencia el Banco Central Europeo (BCE) lanzó, como una de sus medidas de choque, unas barras libres de liquidez para que las entidades bancarias de la eurozona pudieran acceder a dinero barato. Se les ofrecía hasta un 30 % de su activo a un interés del 1 %, y a devolver en cuatro años. Con una condición: ese dinero ha de ir a financiar empresas y particulares (no para hipotecas) y, así, reactivar la todavía renqueante economía del continente.

Sin embargo, el resultado de la primera subasta de liquidez ha sido algo decepcionante. El BCE disponía, según analistas, de hasta 400.000 millones de euros, pero la demanda apenas superó los 80.000, según cálculos de la agencia Bloomberg. Y en el caso de la banca española, menos de 15.000, frente a los 30.000 que estimaba el Gobierno. Es posible que el resto se solicite el 11 de diciembre, en la segunda subasta del BCE.

En esa operación de ayer hubo tres estrategias diferentes en la banca española. Un grupo pidió menos del tope que podía (Santander, Popular o BBVA), otros decidieron ir a por todo (Bankia) y algunos no solicitaron nada (Sabadell o Bankinter). Abanca, la mayor entidad de Galicia, está entre estos últimos; la entidad, en su informe semestral, ya apuntó que tenía liquidez para poder dar crédito.

Con todo, la operación extraordinaria de ayer, según admitían bancos consultados, solo será una «lluvia fina» para las empresas. «Si antes había un reguero de crédito, ahora hay un río un poco más ancho», apuntaba gráficamente un analista. Y se da por seguro que esa inyección de fondos baratos del BCE solo llegará a empresas sólidas, no a otras con dudas, y con diferenciales elevados.

Abanca, la

mayor entidad de Galicia, no acudió ayer la fuente de liquidez del BCE