La frase con la que se presentó ayer Ana Patricia Botín en el comunicado del banco es elocuente sobre el estado en que esta santanderina asume el mayor reto de su vida: «En estos momentos tan difíciles para mí y mi familia, agradezco la confianza del consejo de administración y asumo con total compromiso mis nuevas responsabilidades». El resumen es cruel: llega a la cima -y será la única mujer en presidir un gigante bancario- en las peores circunstancias. Acostumbrada a vivir bajo presión, señalada históricamente (y penalizada precisamente por ello) como la sucesora, la mayor de seis hermanos (alguno más sentado a su lado en el consejo) se ha bregado en bancos de inversión (JP Morgan), en la banca comercial doméstica (fue la máxima responsable de Banesto, ahora integrado en el Santander), y en la siempre competitiva banca inglesa, donde se encontró sumamente cómoda. Para la BBC era la tercera mujer más influyente del Reino Unido (tras la reina y una ministra), y la agencia Bloomberg la encuadra entre las 50 personas más poderosas del planeta. El mercado actual de aquel pequeño banco local de su bisabuelo.
ana patricia botín nueva presidenta del santander