Ana Patricia Botín toma el mando de la última gran familia banquera en España

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Presidirá el Santander, por unanimidad del consejo, tras la súbita muerte de su padre. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN

11 sep 2014 . Actualizado a las 15:02 h.

El apellido Botín seguirá sentándose en la cabecera de la mesa del consejo de administración del Banco Santander. Lo hará a través de Ana Patricia Botín-Sanz Sautola O'Shea en las circunstancias peor deseadas, tras la muerte, el martes por la noche en Madrid, de su padre, Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos. Víctima de un infarto, de manera totalmente inesperada, fallecía a los 79 años uno de los hombres con mayor peso y poder en España durante los últimos 30 años. El último gran banquero, sucesor de una saga y de una forma de hacer negocios heredada de su familia, y que en España prácticamente ha desaparecido; ya no quedan los Ybarra, ni los Herrero, los March han perdido gran parte de su poder... Solo los Botín, que ahora tendrán su continuidad en la quinta generación, la que encarna Ana Patricia, la mayor entre los seis hijos que el banquero cántabro tuvo con Paloma O'Shea.

La flamante presidenta fue elegida en una jornada frenética. El banco comunicó a primera hora de la mañana, minutos antes de la apertura de los mercados, el fallecimiento de su histórico presidente. El anuncio, en apenas cuatro líneas, provocó una honda conmoción en el mundo financiero, empresarial, político, social, educativo, cultural, deportivo... Por sorprendente -«le vi la semana pasada y estaba bien, en buena forma», admitió el presidente, Mariano Rajoy- y por la gran influencia que tenía en todos esos ámbitos. Era, dicen sus biógrafos, el español que mejor sabía todo lo que se cocinaba en España.

Con la noticia de su muerte aún muy fresca, el banco anunció -fueron apenas siete horas de impasse- el nombramiento de Ana Patricia Botín como nueva presidenta. Lo propuso primero, poco después del mediodía, la comisión de nombramientos del banco; y posteriormente lo aprobó el consejo de administración. Por unanimidad de los 14 miembros de ese órgano. Los mercados apenas se dejaron influir por las noticias que llegaban de Boadilla del Monte: la acción del Santander cayó un 0,6 %.

Un cambio total en un año

El relevo se hizo rápido, sin ruido, como acostumbra el banco, y como demostró cuando decidió sustituir a Alfredo Sáenz (pendiente de una inhabilitación) como número dos y elevar a Javier Marín como consejero delegado. Fue en el 2013. Un año después, la mudanza en la cúpula del banco de España y de la zona euro es ya total. «Es la persona más idónea dadas sus cualidades personales y profesionales, su experiencia, su trayectoria en el grupo y su unánime reconocimiento nacional e internacional», apuntó en un comunicado

La hija mayor de los Botín-O'Shea llega a la presidencia de una entidad centenaria en unas circunstancias diferentes a las de su padre en 1986. Entonces el relevo no fue traumático; de Emilio Botín-Sanz de Sautuola López a Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos, un traspaso cuando este último tenía 52 años. Con uno más, 53, llega su primogénita a lo más alto.

Las circunstancias también son diferentes porque hoy la familia Botín controla de facto el Santander pero no tiene la mayoría del capital; ni siquiera una posición clara, en detrimento de fondos de inversión y de accionistas extranjeros. Ana Botín -como ayer la presentó el banco- tiene menos del 0,15 % del capital; su padre sí llegó en una posición de dominio en el grupo, pero las ampliaciones de capital y las fusiones terminaron por dejar su participación en menos del 2 %. Tenía antes de su muerte apenas un 1 %, según datos de la CNMV.

Pero, por influencia y delegación de acciones, nadie dudaba de que en el Santander quien mandaba era él.