Una misma sucesión tributa de 20 formas distintas según la residencia; Galicia, pese a las rebajas, es de las que más pagan
06 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.En España hay 20 regímenes jurídicos distintos en el impuesto de sucesiones y donaciones: 15 correspondientes a las comunidades autónomas, uno en Navarra, y tres en las diputaciones forales vascas. Todo un lío. Pero el peor de todos, que es el que se aplica a los no residentes en España, es establecido por el Estado, el más caro, porque no contempla bonificaciones. En la práctica, según dónde viva el heredero, correrá mejor o peor suerte a la hora de cumplir con el fisco. Ahora, el Tribunal de Justicia de la UE acaba de declarar ilegal las diferencias de trato injustificadas entre residentes y no residentes en el país. Los expertos dicen que es el primer paso para que el Gobierno tenga que incluir en su proyectada reforma fiscal una revisión completa de este tributo para armonizarlo en todo el Estado.
¿Qué es lo que ha declarado ilegal el alto tribunal de Luxemburgo?
Lo que ha tumbado la corte europea es que, mientras un heredero que reside en España puede beneficiarse de una bonificación de hasta el 99 % en el impuesto de sucesiones (según la comunidad en la que viva), a un no residente se le repercuten tipos que pueden llegar al 34 % sobre el valor real de los bienes y derechos transmitidos. «Cuando hay un no residente de por medio (el que fallece o el que hereda) en lugar de aplicar la normativa autonómica, por defecto, se aplica la estatal, que no contempla bonificaciones», explica Fidel Picos, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo.
¿Qué efectos tendrá la sentencia sobre el impuesto en Galicia?
Nadie duda a estas alturas de que el fallo condenatorio es la antesala de una revisión de todo este controvertido impuesto. Y al tratarse de una tasa sobre la que ahora las comunidades tienen capacidad total para modificar, sin duda afectaría a Galicia . «A la vista de esta sentencia, es muy probable que el Gobierno tenga que incluir en su proyectada reforma fiscal una revisión también de la ley reguladora del impuesto de sucesiones y donaciones. Podría, en tal caso, limitarse a adecuar su contenido a los criterios de la referida sentencia, pero quizás conviniera que fuera más allá e hiciera una revisión global del impuesto», sugiere el abogado Juan José González Fernández.
¿Cómo es el impuesto de sucesiones y donaciones en la comunidad gallega?
En comparación con otros territorios, Galicia cuenta con un impuesto de sucesiones rebajado. En el 2004, la Xunta de Fraga eximió de pago a los menores 21 años (hijos directos del testador o adoptados). En el 2008, con Pérez Touriño de presidente, se introdujo la mayor reforma: el legado de empresas a hijos, tíos y primos solo paga un 1?%; se aplicó un mínimo exento de 125.000 euros por persona en cada herencia y se rebajó el tipo máximo de cada herencia del 40 al 18 %. También se rebajó hasta el 99 % la tasa para la transmisión o donación de vivienda habitual de padres a hijos.
¿Qué diferencia hay entre Galicia y otras autonomías?
A pesar de la reforma del 2008, el impuesto en Galicia es uno de los más altos de España para los herederos mayores de 21 años y capitales legados que superen los 125.000 euros. Las transmisiones y donaciones de bienes entre familiares de primer grado se gravan en Galicia al 5 % si la base imponible (es decir, el valor total de lo heredado) es menor de 50.000 euros. A partir de ahí, el importe aumenta si la cantidad heredada o el valor de los bienes es superior. El porcentaje máximo a pagar es del 18 % y solo a partir de sumas superiores al millón de euros, según el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), que pone en evidencia las diferencias fiscales entre las comunidades. Y constrasta con que el impuesto ha sido prácticamente eliminado en Castilla y León, Valencia, Madrid, País Vasco o Navarra.
¿Cuanto recauda la Xunta a través de este impuesto?
El año siguiente a la entrada en vigor de la reforma del impuesto aprobada por el Gobierno bipartito, las arcas autonómicas ingresaron por este tributo 167 millones (en el 2009) y al cierre del 2013 rozaba los 200 millones. «Todas las comunidades han ido emulándose unas a otras e introduciendo bonificaciones. Se ha desfiscalizado tanto el impuesto en las autonomías que cuando, por defecto, se aplica el estatal, como en el caso de los no residentes, el desfase es muy grande, porque es mucho más elevado», explica Fidel Picos.
análisis un impuesto en el punto de mira de la reforma fiscal