Los beneficiarios de prestaciones en Galicia casi igualan ya a los cotizantes

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Por cada cien afiliados a la Seguridad Social hay 94 pensionistas y parados

27 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las alertas están encendidas. La crisis ha sido más larga y virulenta de lo que nadie imaginó y la debilidad del mercado de trabajo, sumada al inexorable envejecimiento de la población y a los magros recursos públicos, se han convertido en una bomba de relojería. El Estado del Bienestar, que se cimienta en este caso en el equilibrio entre los cotizantes y los perceptores de prestaciones sociales -ya sean pensiones, subsidios o cobertura por desempleo-, está en la cuerda floja en algunas comunidades, donde el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ya es inferior al de personas que perciben dichas prestaciones.

Es el caso de Asturias y Castilla-La Mancha, donde ya han entrado en negativo en la relación entre el colectivo de cotizantes y de drenantes de recursos del sistema. Y Galicia va camino de ser la tercera comunidad en sumarse a este poco lucido podio, ya que el saldo entre afiliados y beneficiarios de prestaciones sociales se acorta peligrosamente.

Menos de 60.000 personas

Tanto, que menos de 60.000 personas separan a ambos grupos, ya que en el territorio gallego por cada cien cotizantes actualmente hay casi 94 personas que perciben algún tipo de prestación, ya sean pensiones, paro o subsidios.

En números redondos, según las últimas cifras oficiales del Ministerio de Empleo, en Galicia hay 936.100 trabajadores en situación de alta en la Seguridad Social, mientras que entre pensionistas y perceptores de prestación de desempleo, subsidios o renta activa de inserción (RAI) suman 877.300, lo que se traduce en que solo 58.800 cotizantes separan ambas magnitudes.

Esta brecha numérica se repite cuando se compara la evolución de los afiliados y los pensionistas del sistema. La ratio entre ambas variables no ha dejado de caer desde que estalló la crisis, lo que compromete la sostenibilidad futura, en aras de la cual los sucesivos gobiernos han acometido reformas.

Actualmente la relación está en 2,26 cotizantes por pensionista (18.932.436 afiliados a la Seguridad Social en julio, de los que 16,6 millones tienen empleo, frente a 8.368.115 pensionistas al cierre del pasado julio). Para encontrar una tasa igual de baja habría que remontarse a diciembre del año 2000, cuando había 2,29 cotizantes por jubilado. Pese a ello, en la serie histórica que recoge Empleo, la cifra más baja se registró en diciembre de 1996, con 2,06 afiliados por pensionista.

El menguante número de trabajadores en activo y las menores cotizaciones a las arcas públicas en las que se traducen las nuevas modalidades contractuales derivadas de la reforma laboral -entre otras, con contratos a tiempo parcial al alza- dibujan dificultades futuras para evitar el colapso del sistema.

Cotización social, clave

Ese es el argumento que ha empleado el Gobierno ante la reiterada petición de la patronal de que se rebajaran las cotizaciones sociales para impulsar la contratación. El Ejecutivo se ha escudado en que tal medida sería inasumible actualmente para las arcas públicas, algo que comparten los sindicatos, que reclaman también que se revierta el proceso de precarización laboral en curso, como fórmula para aumentar los recursos del Estado.

Pero aunque el Gobierno se ha negado a tocar las cotizaciones sociales, sorprendentemente sí ha puesto en marcha medidas que, como las tarifas planas de 100 y 50 euros para fomentar la contratación indefinida y el autoempleo, han suscitado opiniones enfrentadas. Sus detractores esgrimen que la Seguridad Social se resentirá.