Argentina coquetea otra vez con el abismo

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El país tiene hoy una nueva oportunidad para alcanzar un acuerdo con sus acreedores

01 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No hubo acuerdo. Y el futuro de Argentina sigue pendiendo de un hilo. El que manejan los fondos que la llevaron a los tribunales para reclamar lo suyo (la deuda que no le pagaron) y ganaron. De hecho, el país está desde ayer en suspensión de pagos. No es una quiebra al uso. Es una quiebra «selectiva», que dice Standard & Poor?s. Para entendernos, no es que haya dejado de pagar a todos sus acreedores, solo a algunos. Y no porque no tenga dinero para hacerlo. Es porque un juez de Estados Unidos, el ya famoso Thomas Griesa, ha bloqueado esos fondos.

Es el magistrado que les dio la razón a los mencionados fondos. Llegaron hasta el tribunal de Griesa porque habían comprado deuda argentina y se negaron a pasar por el aro de las quitas que el Estado argentino impuso a sus acreedores en el 2005 y el 2010. Reclamaban 1.500 millones de euros. Y el juez ha ordenado que, mientras no se les pague lo que se les debe, Argentina no puede atender sus compromisos con ningún acreedor.

El país debía cumplir este miércoles con uno de esos compromisos. Depositó a tiempo el dinero (539 millones de dólares) en una cuenta del Banco Central en Buenos Aires, que giró las cantidades estipuladas a bancos estadounidenses y europeos para que los acreedores pudiesen cobrar. Pero Griesa, trabó la operación en suelo estadounidense. Y así, sigue.

Compromiso incumplido

El miércoles se cumplía el plazo para que ese dinero llegase a sus destinatarios. Y no lo hizo. Por eso, dice S&P que esto es una suspensión de pagos selectiva. Las autoridades argentinas se llevan las manos a la cabeza. Y dicen que nones. Que de suspensión de pagos, nada. Que eso es «una patraña absoluta», en palabras del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Alegan que se le ha pagado a Repsol por los bonos que recibió en compensación por la expropiación de YPF y también a los acreedores del llamado Club de París (una organización de países acreedores a los que el lunes se les abonaron 642 millones de dólares). No mienten. Pero, lo cierto es que no están cumpliendo con todo el mundo. Obligados por el juez, sí. Pero, no están cumpliendo. Y eso se llama suspender pagos.

Pero, ¿por qué no le paga Argentina a los fondos que llama buitres de una vez y se quita el problema de encima? Porque firmó una cláusula con los que aceptaron la quita que la obliga, hasta diciembre de este año, a dispensarles a todos el mismo trato. Si ahora les paga a los buitres el 100 % de la deuda, los bonistas de buena fe, como los llama la presidenta, podrían enfadarse y acudir también a los tribunales. Y no hay dinero para todos. Hoy, Griesa, al que le llueven los descalificativos desde el Ejecutivo de Cristina Fernández, ha convocado otra vez a las partes para que intenten llegar a un acuerdo. Las dos han aceptado sentarse de nuevo a la mesa. Veremos qué pasa.

análisis Una suspensión de pagos «selectiva»

El juez ha convocado a las partes a una nueva reunión en Nueva York