Argentina no logra un acuerdo con los fondos buitre

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Standard & Poor's declara ya al país en suspensión de pagos selectiva aunque el ministro Kicillof asegura que «nadie sabe caracterizar» la situación de su deuda

31 jul 2014 . Actualizado a las 16:08 h.

Standard & Poor's declaró a Argentina en «default selectivo» este miércoles, ya que venció el plazo final para que Buenos Aires hiciera un pago por 539 millones de dólares a acreedores que poseen bonos reestructurados. El dinero fue enviado por Argentina al Bank of New York Mellon (BoNY) pero el pago fue bloqueado por el juez Thomas Griesa que falló a favor de los fondos especulativos que reclaman al país el pago de deuda en mora desde el 2001. Este se trata del segundo impago argentino en 13 años, tras una maratón de negociaciones con los fondos buitre en Estados Unidos.

Desde Standard & Poor's han argumentado en un comunicado que, después de vencer este miércoles el período de gracia de treinta días del que disponía el Gobierno de Argentina para que el dinero llegara a los bonistas, se produce este «default selectivo» que no afecta a otros acreedores.«En caso de que Argentina llegara a sanear el incumplimiento del pago de los bonos reestructurados, entonces podríamos revisar nuestra calificación en función del riesgo residual de litigios a los que se enfrente el país, de su acceso a los mercados de deuda internacionales y de su perfil de riesgo general», añadió.

La decisión de la agencia de calificación se dio a concocer mientras una delegación del Gobierno argentino, encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, continuaba negociando en Nueva York, con el mediador judicial Daniel Pollack, una salida al conflicto con los fondos buitre. Aunque a última hora de la tarde del miércoles, minutos antes de que cerraran los bancos que podrían dar salida al dinero depositado por Argentina para pagar a los bonistas, no hubo acuerdo. Según el ministro argentino, los fondos pedían «algo que nosotros no podíamos hacer» y no aceptaron la oferta del Gobierno argentino, que era aceptar las condiciones del canje al que se acogieron el 92% de los bonistas entre el 2005 y el 2010.

De todos modos, Kicillof rechazó las visiones «apocalípticas» sobre la situación de la deuda argentina y criticó duramente la posición de las agencias de calificación. «Es difícil pensar que un país que pagó ayer 600 millones de deuda está ahora en cesación de pago», dijo el ministro argentino. «Nadie sabe caracterizar este tipo de default (suspensión de pagos), porque no existía», añadió.

Kicillof quiso además recalcar que Argentina está dispuesta a pagar a todos sus bonistas, «incluso a los buitre», pero siempre y cuando los pagos se realicen en unas circunstancias justas y alejadas de presiones tales como las que está imponiendo Griesa y los buitre. «Argentina está dispuesta a buscar una solución justa y equitativa para el 100 % de nuestros acreedores. Pero no nos obligar a hacer algo injusto», sentenció.

Por su parte, el mediador judicial Daniel Pollack confirmó que no se ha llegado a un acuerdo entre las dos partes litigantes y que Argentina entrará en suspensión de pagos.