Gobierno, sector y científicos salen en defensa del arrastre de fondo

Espe Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Intentan evitar una virtual prohibición que afectaría a 300 barcos gallegos

11 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El próximo lunes, artistas callejeros saldrán a las calles de las principales capitales de Europa para producir obras de arte con las que pretenden mostrar su rechazo a la pesca de arrastre de fondo. Bruselas, donde se reúne el Consejo de Ministros de Pesca, será el epicentro de esa vorágine artística, pero también en enclaves como Berlín, Londres, Lisboa, Roma y Madrid se hará notar una protesta que lleva el sello de la organización Boom -integrada en la Deep Sea Conservation Coalition-, que, como la Comisión Europea, defiende que se prohíba el uso de ese arte, pues sostiene que así «se protegerían las profundidades del océano de una destrucción ciega e innecesaria». Es más, Boom dice que la pesca de arrastre es «un método intensivo (...) que no produce resultados económicos positivos y destruye el rico capital natural de los mares europeos».

Esa visión fue la que intentaron desmontar ayer, en Madrid, Gobierno, sector y científicos españoles, que defienden que se puede hacer una pesca de arrastre de fondo sostenible, si se realiza sobre la base del asesoramiento científico, se delimitan zonas de pesca y se identifican áreas vulnerables.

Administración, profesionales y conocimiento científico intentan contrarrestar esa idea que trasladan ecologistas «radicales» de que «es una pesca desregulada, que se echan las redes y se saca el pescado sin ningún tipo de consideración», explicó Javier Garat, secretario general de la patronal Cepesca. Y que no produce resultados económicos positivos.

La prohibición en dos años planteada en julio del 2012 por Maria Damanaki -que la Eurocámara tumbó por un escaso margen en diciembre pasado- debe ser ahora analizada por el Consejo, que aún no ha tomado una decisión al respecto. Francia y España son sus principales detractoras, no en vano son las más afectadas por un hipotético veto al arrastre de fondo, que también afectaría al enmalle.

Efectos colaterales

Vigo, «zona cero» del veto. Según datos que ofreció ayer el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, prohibir el arrastre afectaría a 850 buques españoles, incluidos los de pesqueño porte (de los que unos 300 serían gallegos). En materia de empleo, 8.000 personas quedarían sin trabajo (2.500 en Galicia), por no hablar de qué ocurriría con los 700 millones de euros que está facturando la flota que pretende erradicarse.

Toda Galicia sufriría ese veto, pero la zona cero sería, sin duda, Vigo. Con 123 buques de arrastre de litoral (25), Gran Sol (52), arrastreros congeladores (42) y bacaladeros (4). En total: 2.222 empleos -si se suman los de a bordo y en tierra- amenazados por la virtual erradicación de ese arte de pesca.

Impacto en el medio

Igual de destructivo que otras artes. «El arrastre, como el resto de las artes de pesca, no es ni bueno ni malo, es sostenible en la medida en que se regula cómo, dónde y cuándo se usa en función de criterios científicos fundados», defiende Garat. Los ecologistas aseguran que destruye los fondos marinos y los hábitats vulnerables, como praderas de posidonias, esponjas o corales, mientras que los profesionales defienden que son labores repetitivas sobre fondos generalmente de limo, arena o gravilla ya colonizados y con muy reducido valor ecológico a proteger, «que podrían ser el equivalente a las tierras dedicadas a las labores agrícolas en superficie, para las que a nadie se le ocurriría exigir que vuelvan a su estado original».

Hábitats sensibles

Áreas protegidas. En cuanto a los hábitats sensibles, existen ya medidas para protegerlas y, de hecho, en la UE la flota arrastrera tiene vedados 12.037 kilómetros cuadrados -casi el tamaño de las provincias de A Coruña y Pontevedra- y están en trámites de protegerse 31.485 más, más que la superficie de toda Galicia. En aguas del Atlántico, el área equivale a dos veces España. Además, como recordó ayer Carlos Domínguez, España es pionera en la detección de ecosistemas marinos vulnerables.

Cambio de arte

Difícil reconversión. La de arrastre es una flota difícil de reconvertir. Cierto que algunos eurodiputados, cuando se debatió la propuesta de Damanaki, plantearon reconvertir esos barcos en palangreros, sin pensar en que se doblaría la presión sobre los tiburones de profundidad. Ni en que habría especies, como el rape, que dejarían de consumirse por su imposibilidad de pescarse con otras artes: «Si alguien consigue pescar un rape con palangre, que llame a los cientíticos», ironizó en su día el francés Alain Cadec, ahora presidente de la Comisión de Pesca de la Eurocámara.

La propuesta española

Congelación y prudencia. España propone congelar la huella del arrastre; esto es, no permitir nuevas áreas a la extracción, o al menos no sin un permiso especial y sin que se haya comprobado que está libre de hábitats vulnerables, proteger las zonas sensibles, obligando a los barcos a dejar la faena si tienen evidencias de que hay esponjas o corales y extender esas obligaciones a todas las flotas que operen en aguas internacionales. Porque esa es otra: prohibir el arrastre a la flota europea no evitará que otros países empleen ese arte.