El sector pide planes de gestión plurianuales para el pulpo

s. antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Participantes en la conferencia final del proyecto Gepeto, durante uno de los descansos.
Participantes en la conferencia final del proyecto Gepeto, durante uno de los descansos. m. moralejo< / span>

El proyecto Gepeto busca implicar a pescadores, científicos y Administración en la gestión de las pesquerías

10 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Dibujar el futuro para las pesquerías del Atlántico. Es el objetivo con el que hace dos años nació el proyecto Gepeto, cuyas conclusiones se presentaron ayer en la conferencia final celebrada en Vigo. Fernando González Laxe, uno de los participantes, explicó que se trata de buscar un punto de encuentro entre las preferencias y demandas del sector, las recomendaciones de los científicos y las decisiones de los políticos plasmadas luego en normas.

En la iniciativa han participado representantes de los distintos estamentos de los países del Arco Atlántico: España, Francia, Portugal e Irlanda.

En el caso español se eligió como objeto de estudio la pesquería del pulpo en Galicia por ser una de las tres grandes especies artesanales reguladas. En este sentido, si algo quedó claro, es que el sector pide la elaboración de planes plurianuales, lo que evitaría constantes vaivenes y garantizaría una mejor gestión, adujeron. La petición quedó plasmada en una de las conclusiones: «Los planes de gestión a largo plazo son algo más que medidas técnicas porque constituyen estructuras de gobernanza». Estuvieron de acuerdo los presentes en que está claro cómo elaborar planes a largo plazo para las grandes pesquerías, «pero no está resuelto para la pesca artesanal».

Administración y científicos reclamaron un mayor compromiso del sector a la hora de aportar datos fidedignos, lo que redundaría en beneficio de los pescadores.

La lista de conclusiones hecha pública al término de la conferencia incluye, entre otras, la necesidad de que se produzca un cambio de actitud por parte de la Administración, en el sentido de que tiene que perder el miedo tanto a los pescadores como a las oenegés «y facilitar enfoques más participativos que favorezcan la transparencia y corresponsabilidad».

Finalmente, plantean que se tengan en cuenta los aspectos socioeconómicos de la actividad, de forma que se trate a la pesca como un sector industrial más. A nivel europeo, quedó patente la dificultad para alcanzar consensos entre distintos Estados miembros, tarea que deben conseguir los políticos.