La cúpula de la CAM ocultó un agujero de más de mil millones

J. A. B. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Menéndez apuntó a la cartera de créditos de la caja alicantina, y en especial a algunas operaciones «llamativas» en el sector inmobiliario, como el principal mal de su balance

10 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Que cada palo aguante su vela. Es lo que vino a decir ayer el presidente-consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, cuando en poco más de media hora tumbó una de las principales líneas de defensa de los exmiembros de la cúpula de la Caja de Ahorros de Mediterráneo (CAM) que están imputados en la Audiencia Nacional por su quiebra en el 2011, que se saldó con un rescate de 15.000 millones con cargo al erario público.

En su comparecencia como testigo ante el juez Javier Gómez Bermúdez, dejó bien claro que la fusión de la CAM con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria para crear el llamado Banco Base fracasó por el más que abultado agujero en sus cuentas. De hecho, según los números que hizo, habría hecho falta una provisión extraordinaria de fondos de, al menos, 1.000 millones de euros para sanear la CAM.

Menéndez, según fuentes jurídicas, apuntó a la cartera de créditos de la caja alicantina, y en especial a algunas operaciones «llamativas» en el sector inmobiliario, como el principal mal de su balance. Y añadió que, tras revisar la documentación que pasó por sus manos, comprobó que buena parte de esos préstamos estaban «dañados» y eran prácticamente irrecuperables.

«La operación era de todo punto inviable», concluyó el presidente de Liberbank, entidad nacida de la unión de las cajas que iban a ser socias de la CAM. Tras él compareció el exdirector de gestión de recursos humanos de la entidad levantina, Eduardo Severá, quien dijo desconocer el detalle de las cuentas.

Testimonios inesperados

Aunque aún quedaban por declarar otra decena de testigos, el abogado que los había solicitado -defensor del exdirector de planificación de la caja, Teófilo Sogorb- renunció a ellos a la vista de que el contenido de las declaraciones no había sido precisamente el que esperaba y en poco podían ayudar a su cliente. Y es que tanto las palabras de Menéndez como las pronunciadas el pasado día 2 por un inspector del Banco de España, quien testificó que la CAM infló sus resultados para ocultar pérdidas multimillonarias -y también que eso los sabían sus principales ejecutivos-, se han convertido en una prueba para la acusación.