Jenaro García, el modélico empresario tras el que se escondía un fraude

S.C

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

El expresidente de Gowex ha sido galardonado con numerosos premios por su faceta emprendedora pocos meses antes de que cayera su gran mentira

09 jul 2014 . Actualizado a las 17:34 h.
Jenaro García Martín ha dejado, en a penas unos días, su faceta de emprendedor modélico y representante del brillante futuro empresarial español para convertirse en el gran fraude del 2014. La gran farsa de este maquillador contable, caía por su propio peso el pasado jueves después de que la firma de análisis Gotham, le acusara de haber basado todo su negocio empresarial en una gran estafa.Gotham se encargaba de abrir la caja de Pandora, pero a Jenaro García parecía no importunarle. Mientras la compañía que él mismo había creado se desmoronaba a causa del descrédito de los inversores, el fundador y ya expresidente de Gowex cambiaba la tarea de tapar los enormes agujeros provocados por Gotham y decidía calzarse las zapatillas de deporte y a través de su cuenta de Twitter anunciar a bombo y platillo que en plena crisis él se iba a correr.Y es que Jenaro García ya está acostumbrado a hacer oídos sordos a las críticas. Adicto a las redes sociales -que le han permitido mostrar una imagen de empresario modélico-, el expresidente de Gowex se declara gran amante de los deportes (sobre todo del esquí, el buceo, el ciclismo y el atletismo), la arquitectura, el arte Renacentista, Gótico y Románico pero sobre todo y por encima de todo de su familia y sus amigos.Una gran visión del futuro iluminó a Jenaro García hace ya unos años cuando comprendió que internet acabaría siendo una necesidad más en el colectivo social, y con el paso del tiempo creó de la nada toda una fórmula empresarial que permitiría ofrecer wifi gratuito a todos los ciudadanos repercutiendo sus gastos en las ciudades y no en los propios usuarios. Incluso en una entrevista concedida a La Voz de Galicia, el empresario mostraba su enorme capacidad de anticiparse a los nuevos tiempos, asegurando que «en el futuro, un chip en el cerebro nos conectará a la red».Jenaro García ha pasado de pregonar por medios de comunicación y centros de educación su maravillosa fórmula del éxito a susurrar en un juzgado los más ocultos secretos de lo que actualmente ya se considera un fraude que afecta a más de 5.000 pequeños inversores que han visto como su dinero quedaba preso antes incluso de que lo hiciera el propio García.El castillo de arena que tan cuidadosamente había construido Jenaro, en seguida se vino abajo con el tsunami Gotham. La consultora venía a aclarar el sinfín de dudas que sobre la empresa sopesaban desde hacía años. Y es que a pesar de los numerosos premios y reconocimientos que la compañía había recibido, las incertidumbres existían. Inseguridades que siempre se resolvían con contratos maquillados y estupendamente publicitados, con reconocimientos institucionales y con ficticias escaladas en bolsa.Jenaro García contaba con la confianza del mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que hace solo unas semanas pregonaba en Bilbao las bondades del engaño del año. «Una sociedad necesita referentes emprendedores como ustedes y por eso son tan merecidos estos premios», así regalaba los oídos Rajoy al expresidente de Gowex, mientras le entregaba el galardón Startex que reconoce la actividad de las empresas españolas con mayor proyección exterior. Pero no fue el único, porque en el mismísimo momento en el que Gotham hacía pública la red de mentiras de Gowex, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, visitaba las oficinas de la empresa mostrando al mundo entero «el ejemplar» emprendedor que su ciudad poseía. Después de la enorme bola de mentiras depositadas por este madrileño nacido en La Latina, hasta su prolífico y denso currículo (que se puede consultar en la página LinkedIn) está siendo puesto en entredicho. En él, Jenaro García presume de haber montado su primera empresa con tan solo 19 años, una compañía con la que importaba coches a España desde lugares como Alemania o Francia. Pero su curiosidad empresarial surgió mucho antes, en plena adolescencia, cuando se inició en el arte del comercio y el regateo en el Rastro de Madrid, con la venta de pequeños artículos.Licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, García Martín ejerció como analista y operador de mercados de divisas de países emergentes y ya en el 1998 plantó el que sería el germen de su «mejor» creación: Gowex.A nadie cabe en la cabeza que el enorme castillo de mentiras creado por Jenaro García tardara tantos años en caer, y mucho menos después de algunos llamativos detalles en los que Gotham sí reparó. Entre ellos, quizás el más curioso es una publicación que el empresario colgó hace no mucho en su cuenta de Twitter. En una imagen Jenaro García aseguraba encontrarse en las oficinas de Gowex en Nueva York, con unas impresionantes vistas hacia la archiconocida Estatua de la Libertad. Un hecho extraño, ya que la empresa, según pregona su propia página web, nunca ha tenido sede en esa ciudad.Un adiós peculiarJenaro García se ha dado cuenta de su enorme error y ya ha comenzado a pedir perdón a diestro y siniestro a todos aquellos que se han visto afectados por este fraude que todavía promete dar que hablar durante algún tiempo. Sus trabajadores también merecían una explicación, pero nunca creyeron recibirla de la manera en la que se la ha hecho llegar.A las 6.00 horas de este martes, un correo electrónico llegaba a los ordenadores de los pupilos de Jenaro García. El expresidente de Gowex pedía perdón por el «daño irreparable» causado a la compañía. «Estoy seguro de que habéis quedado altamente decepcionados con mi comportamiento y no es para menos. Sé que he causado un daño irreparable a todos vosotros y a muchos de vuestros amigos y familias», relataba en el correo, en el que además reconocía que en este momento carecía de credibilidad, asumiendo que será difícil reparar el daño causado.«Sé que el perdón que pido y ponerme a disposición de la justicia colaborando con ella como estoy haciendo, no es suficiente», resume.Pero sin duda, lo que ha hecho que el correo corra como la pólvora por las redes sociales es un peculiar anexo que puede resumir la personalidad de Jenaro García. Como si de una historia épica se tratara, el expresidente de la empresa suministradora de wifi se despide de sus trabajadores con el poema íntegro de Rudyard Kipling, «If», una oda a la fortaleza y a la capacidad de seguir el propio camino ante las adversidades.