La ruptura de la UE con Tailandia aleja la amenaza comercial a los conserveros

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Su conversión en socio comercial permitiría la libre entrada de gambas y conservas de atún en Europa

25 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Parece que ahora que los comisarios se van se están dando cuenta de lo que veníamos denunciando desde hace años». Juan Manuel Vieites, secretario general de la patronal conservera (Anfaco), celebró que Bruselas por fin haya dejado de mirar hacia otro lado y haya reaccionado ante la situación de Tailandia, a la que pretendía hacer socio comercial y permitir la libre entrada de gambas y conservas de atún en Europa.

Pero no porque el sector buscase esa ruptura de relaciones con Tailandia -acordada por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores dada la situación política tras el reciente golpe de Estado-, sino porque la UE estaba dispuesta a abrir las puertas de Europa a un país que produce latas de atún con más ventajas competitivas que las empresas gallegas, pues no está sometida a las mismas exigencias sanitarias y ni siquiera observa los derechos humanos. Vieites cree que los últimos informes de organizaciones humanitarias denunciando explotación infantil y otros abusos laborales, así como la reciente investigación realizada por el rotativo británico The Guardian, revelando claros casos de esclavismo, o que EE. UU. haya colocado a Tailandia entre los países que no hacen esfuerzos significativos para impedir el tráfico de personas ha influido en la decisión de los ministros de Asuntos Exteriores. «No buscamos proteccionismo, sino jugar con las mismas reglas y normativas». De ahí su insistencia en que la negociación del pacto comercial, que ahora queda en suspenso, dejase fuera las conservas de atún. Anfaco recuerda que el despertar de la UE a que en Tailandia no hay democracia no ha sido la única apreciación tardía que han tenido los comisarios europeos. Vieites señala que, después de años denunciándolo, la responsable de Pesca, Maria Damanaki, se ha dado cuenta que Papúa y Filipinas no cooperan para frenar la pesca ilegal.