Bueno para hipotecados, pero malo para bancos y ahorradores

J. A. Bravo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

La inflación podría subir al haber más estímulos que ayuden al consumo

06 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Nunca llueve a gusto de todos, aunque esta vez serán pocos los que prefieran cubrirse con el paraguas para evitar que les alcancen las medidas que el BCE adoptó ayer. Y es que ahora, por mor del riesgo de deflación que algunos situaban ya sobre Europa, incluso los llamados efectos de segunda ronda pueden terminar resultando positivos.

Los primeros beneficiados por la histórica rebaja de tipos en la zona euro (del 0,25 al 0,15 %) serán las decenas de miles de hipotecados que tienen que revisar el interés de sus préstamos. Eso sí, como el euríbor a 12 meses -la referencia que se aplica al 80 % de ellos en España- estaba ya en mínimos (el 0,562 % ayer) difícilmente habrá mucho más recorrido a la baja.

Incluso ese índice ha llegado a moverse en ocasiones por libre. Ya lo hizo tras recortar el BCE -por vez primera- el precio del dinero por debajo del 1 %, en julio del 2012. Con todo, si el descenso de los tipos se trasladara tal cual a las revisiones hipotecarias, el ahorro sería solo de alrededor de 60 euros anuales para un crédito tipo de 120.000 euros a 20 años y un interés de euríbor más medio punto.

Préstamos más baratos

A priori, también el resto de préstamos financieros deberían recortar sus tipos de interés, incluyendo los del consumo. Ello, unido a un cierto alivio en las hipotecas, debería fortalecer la demanda -sobre todo, la interna- y contribuir así al crecimiento económico. Sin embargo, esta regla que funcionaba en épocas pretéritas, con la crisis se ha demostrado que ya no es automática, sobre todo porque muchos hogares siguen teniendo a alguno de sus miembros en paro o bajo clara amenaza de caer en el desempleo.

En el caso de las empresas, las más endeudadas, como constructoras e inmobiliarias, podrían aprovechar para tratar de renegociar sus líneas de financiación, al socaire de que los tipos más bajos también podrían traducirse en una reactivación del sector con más compras de viviendas.

Más crédito

Además, y siempre si las cosas salen como el BCE ha planeado, la nueva barra libre de liquidez de 400.000 millones de euros para los bancos debería de ir acompañada de un aumento de los créditos que conceden a empresas y particulares, aunque habrá que esperar a la letra pequeña.

Para el Tesoro y los inversores en bolsa, la rebaja de tipos también resulta, a priori, positiva. En el primer caso, porque el coste de la deuda pública se verá sometido aún a menos tensiones -y descenderá la prima de riesgo- y en el segundo porque la renta variable gana atractivo

Asimismo, es bueno para los exportadores porque el euro caerá y sus productos resultarán más baratos sin ajustar precios, aunque a los turistas les será más caro viajar al extranjero por el cambio de divisas.

Carambola maestra

En otra época, la probable subida de precios que provocará a medio plazo el descenso del tipo de interés oficial (por el incremento devenido del consumo) sería negativa. Hoy, por el contrario, se antojaría una carambola maestra para el BCE -unida al resto de las medidas que ha tomado-, ante una inflación que lleva meses a la baja y aún preocupa a los expertos.

A quienes seguro que perjudicará es a los ahorradores, pues los bancos se apresurarán a trasladar el recorte de tipos a la rentabilidad de sus depósitos, que resultará a partir de ahora claramente exigua salvo que la competencia entre entidades aminore ese efecto. Difícil será porque su margen de intereses se reducirá y sufrirá la cuenta de resultados.