De no tomar una decisión, podría haber más de un susto en los mercados, que desde hace días descuentan la aprobación de una batería de medidas extraordinarias
05 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Eurostat le dió el martes el enésimo argumento al BCE para que en su reunión de hoy apruebe, por fin, una batería de medidas no convencionales para impulsar una economía europea que continúa aletargada.
El motor no termina de carburar, como lo evidencia la inflación, que en tasa interanual retrocedió dos décimas en mayo situándose de nuevo en un peligroso 0,5%. Dicho de otro modo, más presión si cabe para un Mario Draghi que está obligado a mover ficha. No hay que olvidar que el mandato fundacional del instituto emisor es que los precios crezcan en el entorno del 2 % y desde octubre no superan la barrera del 1%.
Cifras que invitan a pensar que el consejo de Gobierno del BCE, que se reúne cada primer jueves de mes en Fráncfort, dará un golpe de autoridad sobre la mesa con medidas de indudable impacto como una bajada de los tipos de interés, que desde noviembre están situados en un histórico 0,25 %. Se espera que puedan quedarse en torno al 0,10%.
La expectación suscitada incluso por el propio Draghi es tal que no tomar ninguna decisión podría provocar más de un susto en los mercados, que desde hace días descuentan la aprobación de una batería de medidas extraordinarias.
Inyección de liquidez
Entre ellas, además de la bajada de tipos, destacaría una inyección de liquidez de 40.000 millones destinada a fomentar los préstamos a pymes, auténtico motor de la economía europea. Se trata de que el BCE dé dinero barato a los bancos a cambio de que estos le den salida a través del tejido productivo. En esta ocasión y a diferencia de las barras de liquidez (LTRO, por sus siglas en inglés) aprobadas a finales del 2011 y principios del 2012, las entidades estarán obligadas por contrato a prestarlo a las pymes en lugar de utilizarlo para invertir en deuda soberana de los países más vulnerables para maquillar sus balances.
El mercado, la Comisión, la eurozona, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE... Todos esperan expectantes a que Draghi, Súper Mario, tome hoy la palabra.
En ese ambiente de máxima expectación, las bolsas apenas si se movieron ayer. En el caso del Ibex, el día se cerró con un caída del 0,20 %.