Pringado: Persona que hace el peor trabajo o se lleva la peor parte. Disculpen que empiece así, pero tras leer el nuevo y riguroso Informe de Oxfam Intermón denunciando que nuestro sistema fiscal no es ni justo ni equitativo, creo que la mayoría de nosotros lo somos.
Un documento que reclama una reforma fiscal que garantice derechos sociales como la sanidad y la educación pública, los servicios sociales o la cooperación para el desarrollo.
Porque Hacienda NO somos todos. El sistema fiscal español recauda poco y mal. El 90,76 % de las contribuciones proviene de personas físicas de clase media y baja. Solo el 9,24 % restante proviene de las empresas. Y aquí también hay clases: las pequeñas y medianas, las que crean la mayoría del empleo, tributan una media del 17 % de su resultado, mientras que las grandes lo hacen al 3,5 %.
Con un fraude fiscal mimado políticamente que el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) estima en 59.515 millones de euros. El 72 % perpetrado por grandes empresas y grandes fortunas. Para compensar lo que no pagan los defraudadores, los demás debemos pagar una media de 1.910 euros de más al año.
La desigualdad extrema y la corrupción son evitables. Simple voluntad política. La reforma fiscal debería cumplir tres requisitos. Primero, incrementar la capacidad recaudatoria sin que el esfuerzo recaiga sobre los que menos tienen. Segundo, garantizar la progresividad y equidad, tributando empresas e individuos en función de su actividad económica real. Y tercero, tolerancia cero al fraude fiscal.
El martes el INE confirmaba el aumento de la pobreza: , un 27,2 % de la población española y un 17,2 % de la gallega. Quizá en el Gobierno al que pertenece el señor Montoro deberían enfadarse y decidirse a gobernar para todos.
Xosé Cuns es director EAPN Galicia-Rede Galega contra a Pobreza.