El presidente de Iberdrola defiende en su blog una «solución financiera» como la diseñada para autopistas e inmobiliarias
23 may 2014 . Actualizado a las 11:04 h.El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, considera que el sistema eléctrico español -que arrastra un déficit acumulado que ronda los 30.000 millones- tiene un «problema financiero» que requiere una «solución financiera», en línea con la diseñada para el sector inmobiliario y para las autopistas. «En España tenemos que resolver la singularidad derivada del problema financiero ocasionado por errores en la planificación energética cometidos en el pasado. La solución a este problema debería ser, por tanto, también financiera, tal y como se ha abordado en los sectores inmobiliario y de autopistas», afirma Galán en el blog de Iberdrola.
El Estado acudió al rescate de uno y otro sector citado por el presidente de la primera eléctrica española en aras de su salvación. En el caso de las inmobiliarias, creando la Sareb para gestionar los activos tóxicos de los bancos rescatados; y en el de las autopistas, montando una empresa pública para salvarlas.
No parece que el Gobierno esté por la labor de emprender un camino parecido en el caso del sector eléctrico. En lugar de eso ha optado por acometer una reforma energética para cortar la sangría y evitar que la deuda continuase creciendo. Las medidas pasan por recortar retribuciones a las eléctricas e incrementar ingresos vía recibo de la luz. A través de la factura, son los consumidores los que abonan el déficit.
En el blog de Iberdrola, Galán considera además que «los precios de la electricidad son un factor decisivo para la competitividad» de las empresas y requieren «una política energética coherente» a nivel europeo que evite deslocalizaciones y el cierre de industrias.
El sector energético europeo, recuerda Galán, requiere inversiones por 2,6 billones de dólares (1,9 billones de euros) hasta el 2035, según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía. Para acometer estas inversiones, «los gobiernos deben asegurar la existencia de unos marcos regulatorios predecibles y estables, capaces de atraer a los capitales privados», señala, antes de lamentar la «incertidumbre regulatoria y la ausencia de una política energética clara» en algunos países europeos. Se refería a España.