Tres años de austeridad que cambiaron el país... para peor

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Las medidas de austeridad derivadas del rescate han generado un gran movimiento de protesta en Portugal.
Las medidas de austeridad derivadas del rescate han generado un gran movimiento de protesta en Portugal. josé manuel ribeiro < / span>reuters< / span>

Para los portugueses, la troika deja un país más desigual y más pobre

06 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Qué ha cambiado en Portugal después de tres años de rescate? ¿Está mejor el país? ¿Cómo es la vida ahora? Llegó la hora de hacer balance. Los tertulianos de todos los canales debaten estos días de forma casi monotemática sobre lo que los portugueses denominan la postroika. Pero más allá de porcentajes y estadísticas, el sentir en las universidades, en los hospitales, en las empresas, en la Administración y en la calle es que el país ha cambiado... para peor.

Los 78.000 millones prestados por la UE, el BCE y el FMI han salvado las cuentas públicas de un país que no tenía ni para nóminas de funcionarios, pero las condiciones de los acreedores y las políticas de austeridad para cumplirlas han salido caras.

«El rastro de destrucción que ha dejado el programa ha sido tan grande que una recuperación palpable de la economía y del empleo va a tardar tiempo en llegar», afirma Francisco Carballo-Cruz, profesor de Economía de la Universidade do Minho que, sin embargo, reconoce la mejora experimentada desde el último trimestre del 2013. «La variación positiva del PIB, la contención del crecimiento del paro y el aumento de las exportaciones revelan una incipiente mejoría», explica.

El profesor de la Universidad Técnica de Lisboa Carlos Farinha, autor del estudio sobre la desigualdad en Portugal, sostiene que el desequilibrio ha empeorado. «Si se reducen los apoyos sociales a las familias en situación de precariedad, se produce un retroceso y más desigualdad», afirma. A su juicio, la limitación de las ayudas sociales se ha traducido en la eliminación de los ingresos de las familias de rentas más bajas.

«Bajó el déficit, sí, pero a costa del recorte de sueldos y de la enorme carga fiscal», opina María Teresa Castro, portavoz del Sindicato de Profesores do Norte, que aporta un dato para explicar el impacto de los recortes en la educación. «Desde septiembre del 2010, el desempleo docente aumentó un 256 %».