España ya paga menos que EE.UU. por su deuda

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

<span lang= es-es >El efecto Draghi.</span> El eco de las palabras del presidente del BCE resonaba todavía ayer en los mercados, dando alas a las bolsas y a la deuda, permitiendo la mejora de las primas de riesgo.
El efecto Draghi. El eco de las palabras del presidente del BCE resonaba todavía ayer en los mercados, dando alas a las bolsas y a la deuda, permitiendo la mejora de las primas de riesgo. lUCAS JACKSON < / span>efe< / span>

Los inversores exigen menos rentabilidad a los bonos españoles a cinco años que a los estadounidenses

05 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A Draghi no le ha hecho falta disparar. Con solo desenfundar ha removido los mercados. El eco de sus palabras todavía resonaba ayer en las mesas de operaciones, dando alas a las bolsas y alimentando el apetito por la deuda de algunos países no hace mucho denostados, como España.

La magia de su discurso ha permitido, entre otras cosas, que a los bonos españoles a medio plazo se les exija la misma rentabilidad que a los de EE.?UU., un país que posee la matrícula de honor en solvencia de dos de las tres grandes agencias de calificación (solo S&P se la niega, con una nota un peldaño inferior). España, sin embargo, está ocho escalones por debajo y a solo un paso del bono basura, según Standard & Poor?s, la más dura de las tres con nuestro país. Ayer, a los títulos a cinco años del Tesoro patrio se les pedía en el mercado secundario (aquel en el que se negocian los bonos ya emitidos por los Estados) un 1,766 %, frente al 1,788 % de los estadounidenses al mismo plazo. Habría que remontarse al 2007 para ver una situación similar.

Es cierto que esto no ocurre en todos los plazos. A diez años, el diferencial entre ambos países ronda los 40 puntos, a favor de la primera potencia económica mundial.

Políticas inversas

¿Por qué sucede esto ahora? Sencillo: las palabras de Draghi dejan la puerta abierta a la adopción de medidas de estímulo económico para frenar la deflación, justo en un momento en el que la Reserva Federal estadounidense ha comenzado a recorrer el camino contrario: el de la retirada de las muletas. Al reducir la compra de deuda, la Fed retira dinero del sistema y la rentabilidad de los bonos lo refleja con subidas.