El subgobernador advirtió que la banca será «más segura», pero «más pequeña y menos rentable»
02 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El Banco de España ha vuelto a enmendar la plana al excesivo optimismo del Ministerio de Economía respecto a la concesión de crédito. El subgobernador, Fernando Restoy, corrigió las palabras del secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, que en la apertura del XXI Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y Abc con el título de La banca española ante el inicio de la recuperación, aseguró que «el crédito a pymes y consumo ya está creciendo».
Jiménez Latorre, que insistió en que «el crédito nuevo viene creciendo en los últimos meses», señaló que «no hay problemas por el lado de la oferta» y que las entidades están en una posición «cómoda» para prestar, lo que espera que contribuya a la recuperación.
Pero poco después y en el mismo foro, el subgobernador del Banco de España echaba mano de las cifras para enfriar -si no enmendar abiertamente- a Economía, asegurando que de crecimiento, nada. Restoy sentenció que lo que se ha producido es «una estabilización en la caída», lo que «es el primer paso para la estabilización del crédito».
Y es que, en febrero, el préstamo a empresas cayó un 9,5 % interanual, frente al 8,9 % de enero, mientras que el saldo vivo del concedido a familias y compañías bajó en el segundo mes del año un 5,4 %, cuatro décimas más que en enero. Pese a ello, el consejero delegado de Santander, Javier Marín, también dio datos alentadores, asegurando que en el primer trimestre del año el nuevo crédito hipotecario ha crecido un 67 %.
Otro de los temas abordados por los ponentes del encuentro -los consejeros delegados de Santander, Popular y Bankinter, además de los directores generales de Bankia y CECA- fue la unión bancaria y los retos para el sistema financiero. La valoración de Restoy fue de nuevo acerada, al advertir que debe asumirse que «en el futuro el sector bancario estará mejor capitalizado y será más seguro, aunque, como contrapartida, será previsiblemente más pequeño y, probablemente, menos rentable». Aseguró que los cambios estructurales que se están produciendo «tendrán consecuencias apreciables sobre el modelo de negocio y las estrategias competitivas de las entidades», algo que, en su opinión, no será una desventaja pese a los retos que plantea.
De las más entusiastas fue la consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausa, que calificó de «positiva» la «mudanza de Cibeles a Fráncfort» en materia de regulación financiera y que aseguró también que, debido a Internet, la red de oficinas aún tendría que reducirse a la mitad.