Hace unos años Iván Antelo, ingeniero industrial especializado en eficiencia energética, modificó las ventanas de su casa al instalar un doble ventanal. Lo notó bastante a la hora de pagar su factura de calefacción. Por eso, en el momento de enfrentar un problema con tanto peso y tan complejo como la pobreza energética, hace una recomendación: «Para ahorrar energía lo primero que hay que hacer es aislar mejor la vivienda. Y las ventanas son una de las principales fuentes de fugas en una casa».
-¿Qué recomendaciones da para aquellos que se ven superados por el gasto eléctrico o el del gas?
-Habría que mejorar la envolvente de la edificación, lo que incluye realizar actuaciones en muros, suelos, techos, puertas o ventanas exteriores de la vivienda.
-Pero tal y como están las cosas, mucha gente no puede hacer frente a un gasto como el que eso puede suponer
-Esto es una inversión a medio plazo. Es un problema complejo porque es algo que debes hacer desde el principio cuando construyes una vivienda, pero al hacer reformas pueden incluir este tipo de actuaciones que, aunque parezcan caras, se ven luego compensadas por el ahorro en la factura que se ve de forma inmediata.
-El mayor gasto es en el medio rural. ¿Qué podría hacerse ahí?
-Lo ideal son métodos híbridos que permitan aprovechar la energía del sol para calentar agua y luego utilizar otras energías como la biomasa, la geotermia o la aerotermia.