Un «banco malo» oxigenará la deuda de las empresas

ECONOMÍA

El endeudamiento de las firnas se sitúa en un 105% del PIB. Aligar la capa financiera de muchas es el objetivo del Gobierno, que estudia convertir a los bancos en accionistas de las empresas acreedoras

16 mar 2014 . Actualizado a las 17:03 h.

La carga financiera de las empresas españolas, cuantificada como el stock de prestamos concedidos a las sociedades no financieras, había evolucionado de forma espectacular entre los años 2004 al 2008 pues en ese quinquenio nada menos que se duplicó. Pasando de un índice base a 100 a otro de 201. Este acelerado endeudamiento conformó una carga financiera excesiva para muchas empresas, carga que en no pocas ocasiones compromete su viabilidad a pesar de que (de no soportar dicha carga) esas empresas fueran viables en términos operativos.

No es extraño que una vez entra en escena la crisis financiera de la economía española inmediatamente (años 2008 al 2011) se asista a una parálisis del crecimiento de la deuda empresarial. Parálisis que solo en los dos últimos años ha dado paso a un paulatino y lento desapalancamiento. Con los datos del año 2013 aún estaríamos en un índice de 165 (es decir un 65?% más endeudadas nuestras empresas que en el año 2004), queda, por tanto, mucho camino que recorrer en el proceso de desapalancamiento.

Conviene recordar que el volumen actual de deuda empresarial (de las empresas no financieras) se sitúa en un 105% del PIB español, es decir, por encima de la carga financiera pública. Un endeudamiento que en sus dos tercios tiene como acreedores a entidades de crédito nacionales y en otro tercio entidades extranjeras.

Si observamos la evolución de los préstamos a empresas en España, variable flujo evaluada como variación interanual, para los cuatro últimos años, la situación es la que recoge una segunda gráfica. Observamos que son los prestamistas nacionales (la banca española) la que ha cortado con gran intensidad el grifo de la financiación mientras que los prestamistas del exterior habrían regresado tímidamente a tasas positivas en el transcurso de los últimos meses.

Sin duda el motivo de esta atonía crediticia por parte de los acreedores nacionales de nuestras empresas obedece al miedo que genera el actual excesivo apalancamiento de muchas de ellas (en una situación de caída de la demanda interna) y a los riesgos de morosidad e insolvencia crecientes de muchos de esos deudores titulares de empresas.

El tipo medio ponderado de los créditos a estas sociedades se situaba a finales del pasado año en un 3,6?%, según los datos que publica el Banco de España. No es por tanto el factor precio el que está paralizando el mercado sino el factor riesgo y el excesivo apalancamiento actual. Es por todo esto que el Gobierno se ha visto obligado a adoptar medidas urgentes en materia de refinanciación y reestructuración de la deuda empresarial el pasado 7 de marzo.

Dichas medidas se estima que podrían afectar a un 15?% de la cartera crediticia viva que tienen los bancos con las empresas españolas (unos 150.000 millones de euros) estando dirigidas a los segmentos donde más problemas se han detectado, bien por ser de dudoso cobro, préstamos subestandar, refinanciados o en morosidad. Préstamos que se concentran sobre todo en medianas empresas de promoción inmobiliaria. Si la operación se cerrase en los términos que diseña el Gobierno las entidades bancarias pasarían a ser accionistas de aquellas empresas de las que ahora son acreedoras y podrían liberar así las provisiones que habrían dotado para enfrentar esos riesgos.

Es pues una medida dirigida a la parte menos sana de la actual deuda empresarial, que aproximadamente es hoy el 20?% del total, aunque paradójicamente podría suceder que de no entrar de forma clara la economía española en recuperación, esa parte menos sana se vaya paulatinamente haciendo más amplia, con lo que habría que volver a dotar millonarias provisiones. Volver a empezar.

Las entidades bancarias podrían liberar las provisiones para hacer frente a los riesgos

La medida del Ejecutivo podría afectar a un 15?% de la cartera crediticia viva que tienen los bancos