«El trabajo en un sitio durante toda la vida se ha acabado»

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El profesor del IESE cree que el proceso de ajuste español era inevitable

14 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Profesor emérito del IESE, presidente del Centro Internacional de Investigación Financiera, ex director ejecutivo del FMI, Juan José Toribio (Valladolid, 1940) es un conspicuo defensor de la doctrina imperante en política macroeconómica. Esta semana participó en Santiago en una conferencia organizada por el Colegio Mayor La Estila.

-¿Qué se hizo tan mal en España para entrar en semejante pozo?

-Incurrir en un exceso de gasto interno, tanto en consumo como en inversión, especialmente en el apartado inmobiliario. Y además financiar ese abuso con cargo al ahorro externo europeo por cantidades desorbitadas. Ese ahorro dejó de fluir a España de golpe como consecuencia de la crisis financiera internacional. Ahí vino el derrumbe.

-¿Por qué si iba todo tan mal no hubo voces que alertasen de esa deriva?

-Sí hubo gente que advirtió de que ese gasto interno era excesivo, sobre todo en el ámbito inmobiliario. Sin embargo, nadie pudo prever la rapidez y la brusquedad con la que se cortó la financiación externa, es decir, la capacidad de endeudamiento.

-Y hecho el diagnóstico, ¿qué opina del proceso de ajuste en el que está inmerso el país?

-Era un proceso inevitable. No podía ser de otra forma. Había que acomodar el gasto interno a las nuevas circunstancias. Como no tenemos moneda, hemos hecho una devaluación interna.

-Sobre todo vía salarios...

-No, ojalá hubiera sido solo vía salarios. Primero fue sobre el mercado laboral, con el desempleo. Inicialmente, en los tres primeros años de la crisis, el ajuste se produjo en la destrucción de ocupados. Y ahora es cuando están bajando los salarios. Ha habido un coste social enorme. Y quizás llegamos demasiado tarde.

-¿A qué se refiere?

-Pues a haber puesto en marcha antes los mecanismo para reformar el mercado de trabajo como hicieron otros países.

-¿Usted no cree que con la demanda interna tan contraída, con tanto ajuste, se está cercenando una verdadera recuperación?

-No parece que indiquen eso los datos que tenemos ahora disponibles.

-Los indicadores de precios y crecimiento nos colocan en la senda del estancamiento. ¿No aprecia usted ese riesgo?

-Existe ese riesgo, claro, pero es cada vez menor. La reacción de la demanda interna es incipiente, pero va hacia arriba, como el consumo privado de las familias, especialmente en los bienes duraderos. El gasto público, que supone el 20 % del PIB, sigue contrayéndose, pero tiene que ser así porque necesitamos cuadrar el déficit. La inversión en maquinaria también está subiendo por la exportación.

-Con este tímido crecimiento parece que solo se crea empleo muy precario e inestable...

-Sí, es cierto. Pero ahora están coincidiendo dos fenómenos en el tiempo: uno es la crisis como tal y otro los efectos de la globalización. Aunque no hubiera habido una recesión tan prolongada, el mercado de trabajo español tenía que cambiar. Está sucediendo en todo el mundo. El trabajo en un mismo sitio durante toda la vida se ha terminado. Ya no vamos a volver a verlo. Habrá empleos ad hoc para jóvenes compatibles con su formación, con menor coste salarial, y para los adultos más trabajo a tiempo parcial y la aportación a las empresas como autónomos.

-Es decir, más precariedad y peores condiciones...

-¿Por qué? Cuando crezcamos a un ritmo del 2 % generaremos más empleos de este tipo, pero cada vez mejor pagados. Yo calculo que en el 2015 el PIB español ya estará aumentando a ese ritmo.

-Paul Krugman dice que los economistas no han aprendido nada de la Gran Depresión y que se están reproduciendo los mismos errores...

-Krugman sostiene que todo se arregla con el aumento del gasto público, pero no nos aclara cómo se va a financiar. Hemos salido más rápido de esta crisis que de la de 1929.