El campo se rebela contra la reforma energética de Soria

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Las comunidades de montes dejarán de ingresar 10 millones por el parón eólico

25 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La reforma del sector energético impulsada por el Gobierno central, que supone el fin de las primas a las renovables para reducir el controvertido déficit de tarifa, tendrá un impacto directo sobre las actividades que estaban llamadas a impulsar la modernización del medio rural, azotado por una crisis de rentabilidad y muy dependiente del sector agroganadero.

¿Dónde está la principal amenaza?

En el desarrollo del sector eólico. La principal duda estriba ahora en saber qué ocurrirá con el concurso. La Xunta ya ha creado las condiciones para que se pueda desistir sin sanción por razones de inviabilidad e insiste en que el sector, en otro contexto y con otras condiciones, tiene futuro. Un estudio presentado ayer por Unións Agrarias muestra que la cancelación o paralización de los parques proyectados haría que las comunidades de montes y los propietarios forestales dejasen de ingresar unos 10 millones de euros al año en concepto de arrendamiento de los solares eólicos. En cuanto a los parques ya existentes, cuya viabilidad está en entredicho, las pérdidas anuales de renta se situarían en los 12 millones en el escenario más desfavorable.

¿A qué otras inversiones podría afectar?

La reforma energética del Gobierno obligará a redefinir un concurso que no solo suponía la apertura de parques sino la puesta en marcha de planes industriales que iban asociados. Estos programas iban a crear en el medio rural gallego 1.200 puestos de trabajo y suponían 200 millones de euros en inversiones vinculadas al sector de la madera y al agroalimentario. El grueso de las inversiones está en entredicho no solo por el fin de las primas a las renovables sino por la restricción al crédito que impera todavía en el sistema financiero.

¿Incide la reforma en el sector forestal?

Sí. Los productores de madera, sobre todo de eucalipto, han visto caer los precios. Y ello obedece a que una parte de esa madera se destina a las plantas de cogeneración. La reforma energética, tal y como está planteada ahora mismo, pone contra las cuerdas este tipo de plantas, utilizadas por muchas industrias intensivas gallegas para abastecerse de energía (y con ello reducir sus altos costes energéticos) y por otro para vender electricidad a la red. Esto afecta a firmas como Feiraco, Ence, Jealsa o Finsa, entre otras muchas. Y podría generar un efecto en cascada: el incremento de la factura energética desencadenaría una pérdida de competitividad que podría tener una incidencia sobre el empleo o los precios pagados a los productores.