El culebrón de los floteles fue ayer motivo de alegría para el Gobierno y la Xunta. Así lo manifestaron el ministro de Industria, José Manuel Soria, y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo
30 ene 2014 . Actualizado a las 11:29 h.El culebrón de los floteles, plagado de retrasos y bajo incertidumbre constante, fue ayer motivo de incuestionable alegría para el Gobierno central y la Xunta. Así lo pusieron de manifiesto tanto el ministro de Industria, José Manuel Soria, como el presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo. Ambos coincidieron en Madrid en un seminario organizado por Pymar, la sociedad que agrupa a los astilleros privados españoles, precisamente para abordar el nuevo tax lease.
Soria calificó de «buena noticia» la adjudicación de los floteles a los astilleros gallegos, subrayando que el encargo «garantiza la carga de trabajo durante los próximos años». También destacó la importancia del nuevo tax lease, que supone un «marco regulatorio estable», apoyado por el Ejecutivo y con la bendición de Bruselas.
El presidente de la Xunta, que clausuró la jornada, no ocultó su entusiasmo, diciendo que esperaba que fuera «una de las primeras noticias de las bastantes que espero poder celebrar del sector naval español y del gallego». Felicitó especialmente a los trabajadores del naval, asegurando que «si algún mérito tiene la Xunta es el de haber confiado en su capacidad, tesón y expertise de saber hacer barcos desde hace siglos». Estimó que los floteles generarán más de mil puestos de trabajo directos y señaló a las grandes petroleras mundiales como nicho de negocio para los astilleros.
En Galicia, ya a primera hora, el conselleiro de Economía e Industria, que ha jugado un papel determinante en las negociaciones con Pemex, atribuía el desenlace al éxito del país y a la competitividad del sector naval. En el horizonte, Francisco Conde pintaba un claro panorama, con los astilleros mejor posicionados en el mercado mundial. El partido que sustenta la acción de gobierno en Galicia, el PP, por boca de su portavoz, Paula Prado, se encargó de atribuir todo el éxito a Feijoo y su equipo, y de recordar a todos los descreídos las dudas sembradas. «Estamos dispostos a olvidar o que dixeron, pero que aprendan a lección».
Un dardo en clave electoral, dirigido a las fuerzas de la oposición, que durante tiempo exigieron que se hicieran públicos los contratos. Méndez Romeu, portavoz del PSdeG en el Parlamento gallego, quien calificó de positiva la noticia -«demorada ano e medio», dijo-, recordó que es un éxito de las empresas y del Gobierno central, además de la Xunta.
En una línea argumental encaminada a recordar que la botella sigue medio vacía, desde el BNG, su portavoz, Xavier Vence, se refirió «a un pequeno alivio tras 16 meses a bombo e platillo» y recordó que resulta chocante estar tan pendiente de Pemex cuando empresas españolas encargan cuatro gaseros a Asia. La ferrolana Yolanda Díaz, viceportavoz de AGE, insistió en que los floteles son un alivio, pero no una solución.