NCG, la única alegría de la reforma bancaria en Madrid

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La venta de Catalunya Banc y el alto coste de la CAM desvelan al Gobierno, que planea salir ya de Bankia

15 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El ministro de Economía no ocultaba el lunes en el Congreso su satisfacción por haber cerrado, en tiempo y con resultado positivo, la venta de NCG Banco. La única alegría que ha dado en Madrid la venta de una entidad nacionalizada. La única operación con un banco nacionalizado por la que, en los últimos cinco años (CCM, CAM, Banco de Valencia, Gallego, Unnim...), se ha pagado algo más de un euro. En concreto, 1.003 millones de euros (en dos fases, hasta el 2018), preservando una entidad en su territorio, sin fuertes ajustes laborales a la vista y sin mayores ayudas, como recalcó Luis de Guindos en la Comisión de Economía del Parlamento español.

Ahora bien, pasada esa venta, al Gobierno la banca le sigue provocando desvelos en este arranque del 2014. Lo de que se ha puesto fin a la reestructuración financiera es, por ahora, pura retórica para aplacar a los mercados. Porque hay cuatro entidades sobre las que hay bastante inquietud: Catalunya Banc, CAM, Bankia y Banco Ceiss (la única que no citó expresamente De Guindos). Respecto a esta se espera que este mes se cierre, al fin, la integración en Unicaja; no se aguarda plan B.

El primer problema está en Catalunya Banc. Durante su comparecencia, a De Guindos se le notó algo severo cuando habló de esta entidad, sugiriendo que los 12.000 millones de euros públicos inyectados en tres fases se terminarán perdiendo. De hecho, según fuentes financieras, se estudian varias fórmulas (venta en trozos) para ese proceso de venta que debería arrancar en las próximas semanas. Pero se advierte ya un interés mucho menor que por NCG porque hay serias dudas sobre la calidad de los activos de la entidad catalana. «Será muy difícil obtener algo», admite una fuente que ha conocido procesos anteriores.

Otro desvelo es la CAM. No tanto por su futuro (no existe, ha sido absorbida por el Sabadell), sino porque las ayudas comprometidas pueden elevar la factura pública hasta los 15.000 millones de euros. Un coste altísimo, un trago difícil de asumir. Al Sabadell, Moody?s le bajó ayer la nota por, entre otros motivos, el impacto de la CAM.

Y queda Bankia, el gran banco participado por el Estado, donde se han inyectado más de 22.000 millones de euros (la mitad del PIB de Galicia). Fuentes gubernamentales insisten en que no hay prisa por salir de esta entidad -el Estado controla el 68,3 %-, pero la agencia Reuters avanzó ayer que a lo largo del primer trimestre podría iniciarse esa privatización, con la venta de alrededor de un 18 %. Lo cierto es que el precio de su acción empieza a remontar (está a 1,3 euros), y eso es un acicate interesante.