Una milonga. Eso es lo que son las subastas eléctricas. Están para lo que están. ¿Y para qué están? Para establecer al antojo de las grandes compañías los costes de la electricidad. Por ejemplo, que quieren cobrar más por el recibo de la luz y llega un soplo de aire de Siberia (es decir, un frío de muerte), pues en ese momento desenchufan una central nuclear o argumentan un dudoso incremento del precio del gas (dudoso porque las exportaciones de gas a Japón se vienen incrementando en dos dígitos). Quienes así hablan son expertos consultados en materia de energía, quienes subrayan que cuando «se es el dueño de la producción y del mercado, manipular es mucho más fácil».
El pasado día 12, el Ministerio de Industria había exigido una investigación sobre por qué subieron los precios del megavatio en el mercado mayorista, donde alcanzaron precios históricos. Para concretar, el sábado 7 de diciembre,
el megavatio hora se pagaba a 93,11 euros, cuando la media del mes de noviembre fue de 41,81 euros. A esa investigación se sumó la del viernes, tras una subasta atípica con la que se elevaría el recibo en más del 11 %. Una auténtica barbaridad.
¿Qué está ocurriendo? Ni más ni menos que una guerra entre las eléctricas y el ministro del ramo, José Manuel Soria. Varios son los motivos para esta trifulca: el recorte de las primas a las renovables y el incumplimiento de la promesa de no pagar el déficit de tarifa a través de los Presupuestos Generales del Estado. Entonces, ¿están torpedeando las eléctricas al Gobierno a través de la manipulación de las subastas eléctricas? La pregunta queda en el aire. El poder de estas compañías es mayúsculo y el Ejecutivo lo sabe. Tienen capacidad suficiente como para dejar a España a oscuras y provocar un apagón que mine a cualquier Gobierno.
Pero volvamos al endemoniado déficit de tarifa, que creó José Folgado siendo secretario de Estado (hoy presidente de Red Eléctrica) en el 2002. ¿Por qué no pensar que es otra milonga? En las dichosas subastas del día, todos los megavatios tienen el mismo coste. Sin embargo, a las compañías no les cuesta lo mismo producir en una central nuclear que en una hidroeléctrica, que está más que amortizada y que para producir utiliza agua (gratis, no nos olvidemos). «¿Se han pagado con dinero público las grandes presas y ahora no van a tener luz niños y ancianos? Es un disparate», argumentan las mismas fuentes consultadas. Las dudas del sector energético se disipan cuando se trata de analizar su grado de empleabilidad. Pongamos ejemplos. Rodolfo Martín Villa fue ministro con UCD y presidente de Endesa; José Folgado, secretario de Estado de Presupuestos y Gastos con el PP y hoy presidente de Red Eléctrica; José María Aznar fue presidente del Gobierno con el PP y asesor externo de Endesa; Felipe González fue presidente de España por el PSOE y ahora es consejero externo de Gas Natural-Fenosa; Ignacio López del Hierro (marido de María Dolores de Cospedal, PP), que renunció a entrar como consejero de Red Eléctrica. Estos sí que son buenos enchufes.
El marido de Cospedal (PP) renunció a fichar por Red Eléctrica.
Ministro de Economía por el PSOE ymiembro del consejo de Enel.
Consejero en Castilla y León (PP) y hoy ejecutivo de Iberdrola
Fue ministro por UCD y presidente de Endesa.
Fue secretario de Estado con el PP y hoy es presidene de REd Eléctrica.
Expresidente del Gobierno con el PP y hoy asesor de Endesa.
Expresidente del Gobierno con el PSOE y hoy asesor de Gas Natural.