El desembarco en NCG completa la gran transformación bancaria de Galicia

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ventas, fusiones y cierres concentran ahora el negocio en diez entidades

22 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Había hace cinco años un runrun en las oficinas bancarias de España. Las entidades, sobre todo las cajas, estaban sobredimensionadas. Era precisa, y urgente, una reestructuración severa: cierres de sucursales, reducción de plantillas, fusiones... El aldabonazo llegó unos meses después, en marzo del 2009, con la intervención de Caja Castilla-La Mancha. Ese hito marcó el inicio de una recomposición del mapa bancario que en Galicia se ha completado esta semana con la venta su principal entidad: NCG. Conocida como Novagalicia. Y antes como Novacaixagalicia. Y a finales del 2008, como Caixa Galicia y Caixanova.

El negocio financiero de la comunidad ha vivido en estos años su mayor transformación, con una notable reducción de actores: arrancará el 2014 con apenas una decena de entidades. Antes de la reestructuración eran el doble, y por haber, había hasta alguna caja extremeña captando negocio (Caja Badajoz acaba de irse). Hay ahora menos oferta, como ha sucedido en toda España. Menos oficinas. Y menos plantilla. Pero también nuevos jugadores que han aparecido dispuestos a ganar cuota de mercado en un territorio que, pese a todo, no se presta mucho para la infidelidad bancaria: un 60 % de sus clientes están firmemente asentados alrededor de dos marcas: Novagalicia y Banco Pastor (del Popular). Son las que encabezan el negocio en una de las pocas comunidades en las que el ahorro prima más que la inversión. Un imán para la banca. Banesco (que había comprado el Etcheverría a finales del 2012) y el Sabadell han sido los más proactivos ganando cuota en medio de todo el ruido bancario.

Entre unos y otros está el grupo de la gran banca española (Santander, BBVA y La Caixa), asentado en unos números poco movibles (entre el 8 y el 6 % del negocio cada uno). Y en retirada, entidades que han recibido dinero público y que tienen que regresar a sus territorios de origen: Bankia, Caja España-Duero y Catalunya Banc. Hay además algunos recién llegados (ING, Cajamar, Triodos, Andbank...) que han aterrizado aprovechando todo este baile.

Se intuye ya un punto de inflexión, que la reestructuración toca a su fin en Galicia. A expensas de lo que suceda, precisamente, con Bankia y con Catalunya Banc. La subasta de esta última (que prevé clausurar toda su red gallega) arrancará, planea el FROB, en enero o febrero, y se antoja más compleja que la gallega por la falta de interés y las dudas sobre su viabilidad. Y luego está el caso Bankia, la entidad que más ayudas públicas ha enterrado (por encima de los 22.000 millones de euros, la mitad del PIB gallego), y que seguirá viva por decreto.