Reemplazados por una máquina

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

VÍTOR MEJUTO

La tecnología acelera el reciclaje de trabajadores cuya labor se ha mecanizado y los sindicatos advierten de pérdida de empleo a corto plazo

07 dic 2013 . Actualizado a las 10:52 h.

El presidente de Amazon, Jeff Bezos, avanzó el domingo que en no más de cinco años enviarán muchos de sus paquetes con drones (aviones no tripulados). La noticia, que podría parecer propia de una película de la factoría Pixar, no es más que una nueva evidencia de cómo la tecnología va sustituyendo poco a poco labores como la que ahora desempeñan los repartidores de paquetería. Un estudio sobre el futuro del empleo realizado por la Universidad de Oxford y presentado hace unas semanas por los profesores Carl Frey y Michael Osborne vaticina ya que, en veinte años, cerca de la mitad de los puestos de trabajo analizados (la muestra ha revisado un total de 700 empleos) estarán obsoletos.

Aunque a lo largo de la historia el fenómeno no es nuevo, hay sectores donde la mecanización de funciones relacionadas, sobre todo, con la atención al público se ha acelerado en los últimos años. En Galicia basta fijarse en las máquinas de cobro automático de las autopistas, en las cajas amigas que empiezan a funcionar en algunas grandes áreas comerciales, en los surtidores automáticos de las gasolineras, en las máquinas expendedoras de billetes de tren o de entradas de cine... que suplen las funciones que hasta ahora desempeñaban los peajistas o los encargados del cobro en cajas y taquillas.

Daniel Loureiro es uno de esos empleados que hasta no hace mucho trabajaba en las cabinas de la autopista AP-53, la que une Ourense con Santiago de Compostela. «A primeiros do ano pasado, a empresa empezou a facer probas coas máquinas de cobro automático e conviviamos con elas. O que facían era unha labor de reforzo», recuerda este empleado, delegado de UGT en la empresa concesionaria de la vía, y ahora operario de vialidad.

El problema, dice, llegó luego. «Foron perfeccionándoas e os peaxistas fomos desaparecendo ata que se deixaron peaxes enteiras só con máquinas teleasistidas. Eso fixo que este verán pasado se plantexara un ERE para 15 persoas. Chamar por un telefonillo cando tes un problema non é igual que falar cunha persoa», cuenta ahora. Y describe cómo los servicios que ofrece la máquina «son ben diferentes» a los que puede dar un trabajador. «Cando comezaron a súa implantación había moito caos porque, por exemplo, a xente maior deixaba os coches e marchaba ou algún quería dar a volta. Agora ese tipo de casos son esporádicos, pero cando hai algún problema porque a máquina non leu ben hai que chamar por teléfono. Todo eso se traduce en tempo. ¡E non queiras facer unha reclamación!, porque hai que chamar a un operario...» Y concluye que la colocación de máquinas supone, además de una pérdida de puestos de trabajo, un empobrecimiento del servicio.

No es el único al que la instalación de una máquina le ha cambiado su función. La cajera de un supermercado de la provincia de A Coruña donde han instalado máquinas de cobro automático cuenta cómo ahora no solo tienen que cobrar: «Una cajera atiende media docena de estas cajas. El trabajo que ha de realizar la encargada de esa fila es ayudar a los que tienen algún problema y controlar que no haya hurtos». Aunque «la instalación de esas cajas no ha conllevado reducción de personal, ha implicado una reducción de horas», dice. Además apunta que «la puesta en marcha de la compra por Internet ha cambiado nuestra función y ahora parte del trabajo es hacer la compra con la lista de cada cliente del servicio on line».

Nuevos puestos

Aunque no han hecho un cálculo de cuántos empleos podrían perderse, los sindicatos advierten de que esto supondrá a corto plazo una merma en los sectores afectados o una reducción de horas de trabajo por empleado. Pero a medio y largo recorrido dibujan un futuro optimista. «A curto prazo perderanse postos de traballo, pero fixándose no que aconteceu noutras épocas a medio e longo prazo a tecnoloxía pode crear outros nichos de emprego. Cando houbo unha mellor tasa de ocupación foi despois de que apareceran os primeiros móviles», dice Domingo Barros, secretario de Formación y Empleo de UGT.

Y su homóloga de CC. OO. en Galicia, Maica Bouzas, apunta que los avances tecnológicos no son algo nuevo, el problema «es que haya empresas que con la excusa de la crisis estén aprovechando para ajustar empleo y sustituirlo por elementos mecánicos, pero no aprovechan los beneficios que aporta la tecnología».