El consejo de Repsol, dispuesto a aprobar hoy el acuerdo de YPF

jorge murcia MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Desactivaría así una crisis que amenazaba la estabilidad de la petrolera

27 nov 2013 . Actualizado a las 12:12 h.

Repsol da por superada la pesadilla de YPF, que comenzó hace más de año y medio con la expropiación del 51 % de su filial argentina por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A última hora del lunes se alcanzó un preacuerdo por el que el Ejecutivo argentino se compromete a abonar una cantidad en concepto de indemnización. No hay confirmación oficial, pero se habla de una cantidad de aproximadamente 5.000 millones de dólares (unos 3.700 de euros), poco más de la mitad de lo exigido hace meses por Repsol.

El preacuerdo debe pasar ahora el filtro del consejo de administración, que se reunirá esta tarde en Madrid. La cúpula directiva está compuesta por 16 miembros: ocho consejeros independientes, dos de Caixabank (incluido el vicepresidente, Isidro Fainé), dos de Sacyr, uno de Pemex, y dos ejecutivos, además del presidente Antonio Brufau. Fuentes del sector creen que gran parte de los obstáculos a la resolución del problema están superados, por el simple hecho de que Argentina haya accedido a formar parte de una mesa de negociación y, lo más importante, «que está dispuesta a pagar, algo con lo que no se contaba». También la Bolsa envió señales positivas: Repsol subió un 4,28 %.

Eso sí, el consejo deberá examinar muy detenidamente las garantías de pago, ya que los 5.000 millones de dólares se abonarán íntegramente en forma de deuda pública argentina. La indemnización no llega a la mitad de lo que tras la expropiación había exigido Repsol: unos 7.800 millones de euros. Pero en la multinacional española se valora el hecho de haber arrancado un compromiso de pago a un Gobierno, como el argentino, involucrado en numerosos conflictos mediados por el Ciadi, el tribunal de conciliación dependiente del Banco Mundial.

En junio, y tras la intermediación de Pemex -otro de los accionistas de Repsol y pieza clave en todo este puzle-, se propuso una compensación similar en términos cuantitativos a la ahora acordada, pero que contemplaba una parte en activos líquidos, y otra en activos no explorados del macroyacimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en Argentina. El consejo de de la multinacional española rechazó la propuesta por considerarla «insuficiente» y basada en «activos sobrevalorados».

Fuentes del sector creen que esta vez la propuesta «no tiene trampa», y que responde a la necesidad que tiene el Gobierno de Kirchner de encontrar inversores internacionales. Aquí es donde entra Pemex, poseedora del 9,34 % de las acciones de Repsol. El principio de acuerdo alcanzado el lunes abre las puertas de Vaca Muerta a Pemex, que no podía entrar en ese negocio en virtud de un pacto firmado en el 2011 con la compañía de Brufau.

El acuerdo exigía al accionista mexicano apoyar la gestión del equipo directivo de Repsol. La multinacional española tenía bloqueado cualquier intento de otras petroleras por asociarse con YPF para explotar el macroyacimiento argentino.

Enterrar el hacha de guerra

La coexistencia entre Pemex y Repsol llegó casi a un punto de no retorno cuando la petrolera mexicana empezó a cuestionar la gestión de Brufau. Incluso en los últimos días se especulaba con la posibilidad de que Pemex promoviera una rebelión entre el accionariado que diera con los huesos del presidente en la calle. Si finalmente se da el visto bueno al preacuerdo, las aguas de Repsol podrían volver a su cauce y, al menos por el momento, Pemex volvería a enterrar el hacha de guerra