El pulso entre Pemex y Repsol estanca la licitación de los demorados floteles

Manoli Sío Dopeso
m. s. dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La tensión afecta ya a las relaciones entre ambos países

20 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Pemex insiste en que es un asunto ajeno a Repsol. Lo mismo dice el Gobierno, aunque los titubeos de la Xunta, amenazando con pedir explicaciones si la petrolera no cumple con su parte, hacen sospechar que el contrato firmado hace un año en Compostela, para construir dos buques hotel en Galicia (en Navantia y Barreras, respectivamente), previa licitación pública, está en el aire.

Quienes conocen los entresijos del acuerdo, aseguran que el contrato de 300 millones es un efecto colateral de las buenas relaciones que se fraguaron durante la presidencia mexicana de Calderón, pero también del «efecto peloteo» con el que Pemex, con el 9,3 % de Repsol, quiso ganarse el visto bueno del Gobierno español para su alianza con YPF, expropiada por Argentina en abril del 2012.

Falta saber si es real o solo un desplante de Emilio Lozoya, director general de Pemex, la advertencia de que saldrán de Repsol si su participación en el grupo que preside Antonio Brufau le impide hacer negocios con Argentina.

Pero la tensión entre ambos gigantes energéticos subió ayer varios grados tras extenderse el rumor de una alianza entre la petrolera mexicana y el magnate Carlos Slim para hacerse con un 10 % más de Repsol y controlar la española. La operación fue desmentida por ambas partes, al igual que el supuesto intento de mover de la presidencia al molesto Brufau.

Pero los desencuentros entre los directivos de Repsol y Pemex, su principal accionista industrial, son continuos, hasta el punto de influir en la decisión de posponer hasta el año próximo la visita de Estado que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto planeaba hacer a España este noviembre.

Limar asperezas

La frialdad de las relaciones que el ministro Soria intentó limar este pasado viernes permiten explicar de alguna manera la demora de la licitación de unos floteles predestinados a Galicia, no en vano, en la oferta gallega, Barreras y Navantia concurren con dos filiales de Pemex.