El movimiento antitroika luso moviliza a miles de personas contra el Gobierno

EFE

ECONOMÍA

Manifestantes por las calles de Lisboa.
Manifestantes por las calles de Lisboa. MARIO CRUZ

Los portugueses han protestado contra la política de austeridad de Passos Coelho

26 oct 2013 . Actualizado a las 22:10 h.

El movimiento ciudadano de indignados lusos movilizó hoy a miles de personas en Lisboa y otras doce ciudades de Portugal contra las políticas de austeridad del Gobierno y exigió la salida de la «troika» del país.

La manifestación convocada por el colectivo «Que se lixe a troika» (Que se fastidie la troika) coincide con el debate de los presupuestos del Estado, que aprobará un nuevo paquete de recortes y ajustes de cerca de 4.000 millones de euros (5.500 millones de dólares).

El Ejecutivo conservador espera así rebajar el déficit público al 4 % en 2014, meta exigida por la «troika» -la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- en los compromisos del rescate concedido a Portugal en mayo de 2011.

Los organizadores de la marcha se oponen a estas nuevas medidas, al igual que los partidos de izquierdas y sindicatos, que censuran una política que consideran «fallida» después de tres años de medidas de austeridad.

Bajo el lema «No hay callejón sin salida», la marcha en Lisboa fue la más multitudinaria, aunque con menor afluencia que en otras organizadas por el mismo movimiento.

La movilización de hoy partió de la plaza de Rossio y finalizó en las escaleras del edificio del Parlamento portugués con discursos e intervenciones de músicos y artistas.

En el recorrido, los manifestantes exigieron la dimisión del Gobierno con consignas contra el primer ministro, Pedro Passos Coelho, como «Passos, sal de aquí y llévate al FMI».

Además de reivindicaciones y críticas, muchos reclamaron esperanza, como un cartel que pedía a los políticos «Llévenselo todo, menos el futuro».

Maria José Moreno, jubilada de 67 años y que nunca ha faltado a una protesta contra la troika desde 2011, volvió a la calle por su hijo y sus dos nietos, según explicó a Efe, a los que mantiene con su pensión porque «el salario no les llega».

Isabel Pachete, una economista con trabajo pero afectada por los recortes y subidas de impuestos, se manifestó «por solidaridad» y porque entiende que Portugal se acerca a un «agujero enorme de pobreza».

«O las personas del Gobierno están locas o son unos incompetentes», dijo a Efe.

Varios colectivos marcharon con pancartas y camisetas, como los trabajadores de la sanidad y de la educación, o los jubilados, algunos de los sectores más afectados por los recortes.

El Gobierno luso planea aprobar una rebaja del 10 % de las pensiones públicas de más de 600 euros (825 dólares) al mes, así como una disminución de salarios de los funcionarios de entre un 2,5 y un 12 % para aquellos que cobren más de 600 euros mensuales.

En el resto del país, Oporto, la segunda ciudad portuguesa en importancia, reunió a varios miles de personas que expresaron su descontento en la céntrica plaza de la Batalla.

Otras once localidades, entre ellas Aveiro, Coimbra, Braga y Faro, se unieron a la protesta, aunque en Castelo Branco se desconvocó la marcha por falta de afluencia.

En anteriores ocasiones, el movimiento antitroika, organizado principalmente en las redes sociales, reunió a decenas de miles de personas en las manifestaciones más multitudinarias de la historia de la democracia de Portugal.

Las protestas se han sucedido desde 2010 a medida que empeoraban las condiciones económicas de Portugal, que ha visto duplicar su índice de paro en ese periodo y ahora se sitúa en torno al 17 %.

Los duros recortes mediante bajadas de salarios de funcionarios y una fuerte subida de la carga fiscal han enfrentado también al Gobierno con los sindicatos, que planean más paros, entre ellos una huelga en el sector público para el próximo 9 de noviembre.