Tijeretazo a las tarifas especiales de la industria intensiva

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El ministro Soria visitó Alcoa en plena tormenta por la supresión de las tarifas, a finales del 2012.
El ministro Soria visitó Alcoa en plena tormenta por la supresión de las tarifas, a finales del 2012. P. LOSADA< / span>

El Gobierno cambiará los contratos de interrumpibilidad, como el de Alcoa

04 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los consumidores menos pudientes tienen el bono social. Y los más hambrientos, el contrato de interrumpibilidad, por el cual reciben un dinero fijo a cambio de estar dispuestos a desconectarse de la red cuando se lo ordene el operador del sistema, esto es, Red Eléctrica de España (REE). De esa manera se ahorran unos buenos euros en la factura de la luz anual. Alcoa, con fábricas de aluminio en San Cibrao y A Coruña, es uno de esos clientes, como gran parte de la industria intensiva de este país, aquella que consume energía a mares. En el caso de Alcoa, el 40 % de sus costes de producción son de la electricidad. Fuentes de la empresa declinaron precisar cuánto se ahorra la empresa en luz gracias a ese contrato de interrumpibilidad, pero la cantidad debe ser importante porque con esa tarifa «somos competitivos»; sin ella, no. «La interrumpibilidad compensa, claro, es básico porque marca el umbral entre funcionar o no», destacaron fuentes de la industria.

Alcoa está evaluando cómo impactará en sus costes la nueva orden que regulará este tipo de contratos. Lo que sí es claro es que las industrias recibirán compensaciones inferiores por estar dispuestas a desconectarse de la red, es decir, pagarán más por la energía.

Tal y como dice la orden, que está en la mesa de la Comisión Nacional de la Energía para que emita su informe, se introducirá un nuevo mecanismo que estipulará un precio máximo que percibirán estos grandes consumidores a fin de fijar un techo de coste del servicio. Este nuevo mecanismo permitirá un ahorro de 200 millones de euros, según figura en la propia orden. En ella, el ministerio también establece para este año un techo del coste por interrumpibilidad de 748,9 millones.

Alcoa y el resto de los abonados a estos contratos especiales pasarán a percibir un precio fijo que decidirá una subasta periódica y una cantidad variable en función a la ejecución de órdenes de reducción de potencia.

Fuentes de Alcoa subrayaron que cualquier alteración en el precio de la energía puede hacer tambalear su competitividad. A finales del 2012, la empresa amenazó con cerrar ante el fin de este tipo de contratos, que finalmente se prorrogaron.