Méndez: «No me siento culpable de la etapa en la que fui director general»

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

22 jun 2013 . Actualizado a las 13:42 h.

La comisión que investiga la desaparición de las extintas cajas tuvo como compareciente a un actor clave en la reciente historia del sistema financiero gallego. José Luis Méndez, casi 30 años al frente de la ya desaparecida Caixa Galicia, hizo ayer una defensa de su gestión, marcada en los últimos años por la expansión de la entidad y sobre todo por la comercialización de las preferentes. «No me siento culpable en la etapa en que fui director general», dijo a los grupos parlamentarios.

Ya al inicio de su primera comparecencia, el exdirector marcó dos límites que condicionaron el desenlace de toda la sesión; su abandono de la entidad en septiembre del 2010, fecha en la que se jubiló; y los apartados de su contrato que le obligan a someterse a la confidencialidad sobre su jubilación, estimada en 16,5 millones de euros. Dos límites marcados por el compareciente, que eludió cualquier responsabilidad en la fusión. Ni en los trabajos negociadores previos ni en el ulterior proyecto de desarrollo. Méndez indicó que todo lo cobrado se corresponde con planes de pensiones y que no percibió ni un euro de indemnización, toda vez que se trataba de un adiós a la entidad cumplidos los 65 años. Pero el asunto más controvertido de su comparecencia fue la venta de participaciones preferentes. El exdirector leyó ante los grupos parlamentarios una circular interna que obligaba a los empleados de la caja a cumplir unos estrictos requisitos para la venta de estos productos y defendió «la buena fe» y el «rigor» con que se comercializaron. «No tuve ningún conocimiento de que se transgredieran esas normas internas, si lo hubiéramos sabido, desde la dirección se habrían tomado las medidas oportunas», remarcó ayer Méndez.

Esta tesis desencadenó una dura crítica del portavoz del BNG, Francisco Jorquera, quien mostró su perplejidad y preguntó al exdirectivo si estaba echándole la culpa a los empleados de la entidad. Pero en la contrarréplica Méndez volvió a reiterar los mismos argumentos que había esgrimido en su primer turno: su desconocimiento absoluto de la existencia de malas prácticas comerciales.

Fue el portavoz del PP, Pedro Puy, quien emplazó al que fuera dirigente de Caixa Galicia a pedir perdón a la sociedad, máxime cuando los propios mandos tomaron decisiones sin mala fe y sin prever las malas consecuencias . «¿Por que lles costa entón tanto pedir desculpas?», dijo. Méndez, ya al final y en respuesta al PP, reconoció aciertos y errores. «¿Disculpas? Evidentemente que sí, a veces se hacen cosas acertadas y no acertadas , pero sin mala intención».