La Fiscalía duda sobre la nulidad de algunas actuaciones en el caso Blesa

j. a. bravo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Analizará la prisión incondicional del exbanquero y si el juez Silva pudo prevaricar

07 jun 2013 . Actualizado a las 10:31 h.

Elpidio José Silva ha mudado en lo que fue el exmagistrado Baltasar Garzón, un juez con clara trascendencia social incómodo para muchos, aunque por motivos diversos. Obviamente lo es para Miguel Blesa, a quien ha encarcelado dos veces -la última, y más controvertida, el miércoles y de forma incondicional-, pero también lo resulta para la Fiscalía y los órganos judiciales superiores. La duda es si existe una «persecución» en su contra, como sostienen el colectivo Manos Limpias y la asociación Ausbanc -que ejercen la acusación popular en este caso-, o estamos más bien ante el fruto de lo que serían sus propios excesos jurídicos.

Fuentes judiciales y del ministerio público niegan el primer extremo, más allá de los calificativos que el juez y la defensa se han cruzado en varios escritos, con cierto parangón a los que se han intercambiado la acción popular y la Fiscalía. El resultado de esas divergencias fueron sendas recusaciones del instructor y del fiscal del caso, que no han sido resueltas aún por los órganos correspondientes, la Audiencia Provincial y la Fiscalía General del Estado.

Aspecto formal

La importancia de la recusación del titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid deviene, sobre todo, del aspecto formal -el fondo de la cuestión, la pretendida animadversión «manifiesta» contra Blesa y la falta de imparcialidad, no resultan fáciles de acreditar-, dado que lo normal es que un magistrado recusado se aparte hasta que se resuelva el incidente o, al menos, no practique diligencias de importancia para evitar su posible nulidad a posteriori. Así lo advierten las fuentes citadas que, además, se sorprenden de la argumentación de Silva.

El juez sostiene que solo ha sido recusado en una de las piezas del caso (en la que investiga los créditos millonarios concedidos al empresario y exconsejero de la caja Gerardo Díaz Ferrán, también imputado por ello), de la que sí se apartó, y no en la otra (donde analiza la compra de un banco en Florida por Caja Madrid). Lo cierto, sin embargo, es que no existe un auto formal que separe ambas causas y solo aparece un mero apunte dentro de una de sus resoluciones anteriores.

Este hecho ha impedido a las partes recurrir a una instancia superior si entendían, como sostiene la defensa, que el caso del City National Bank of Florida debería haber sido instruido por otro juez o incluso incorporarse al caso Bankia, en la Audiencia Nacional dado que su compra fue culminada en la etapa de su sucesor, Rodrigo Rato.

El propio instructor alimenta las dudas sobre si hay motivo para tal separación, al abundar en el auto de prisión del expresidente de Caja Madrid en que en ambas piezas hay conductas o modos de proceder «muy próximos» y «no esporádicos», que incluso pudieran conectarse «bajo una misma estrategia conductual» con presuntos delitos similares en los dos casos (societario de administración desleal, o bien de apropiación indebida).

En caso de apreciar también esos indicios, el ministerio público presentaría una querella ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, órgano competente por el aforamiento del juez. Pero no parece que vaya a tomar una decisión con rapidez, y sí que seguirá analizando la forma de obrar del controvertido Silva, quien ya tiene abierto un expediente disciplinario en el Consejo General del Poder Judicial por la presunta comisión de tres faltas.

Lo que ya han presentado ante la Audiencia Provincial tanto los abogados del exfinanciero como el fiscal son sendos recursos contra el encarcelamiento incondicional de Blesa. El ministerio público no niega que puedan existir indicios, aunque argumenta que no resultan suficientes para justificar una medida «de aplicación excepcional, subsidiaria y provisional» como aquella.