Un escenario preocupante para países dependientes de los petrodólares

J. Á. Fariñas

ECONOMÍA

26 may 2013 . Actualizado a las 15:11 h.

Edward L. Morse analista del Citigroup, experto en energía, decía recientemente en la cadena de televisión CNBC que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tendrá problemas para sobrevivir 60 años -se formó en 1960- y posiblemente una década.

Venezuela, uno de los países fundadores, que en el año 2000, tras la cumbre de Caracas auspiciada por Chávez, jugó un papel clave en la frenada de la caída de los precios y en la posterior subida de los mismos, puede ser uno de los países más perjudicados por el nuevo escenario energético, derivado de la creciente exploración y explotación de yacimientos no convencionales de shale gas, un recurso que, al menos de momento, no aparece en el país, según los mapas de potenciales yacimientos en exploración.

La utilización política de los ingentes recursos generados por el petróleo en el quinto país productor del mundo y la subida sin precedentes de los precios del barril desde la llegada de Chávez al poder hicieron que PDVSA, la petrolera del estado que gestiona todos los recursos, descuidase la reinversión en la modernización de las explotaciones. Ello provocó que de la producción de 3,3 millones de barriles diarios de 1998, se redujese paulatinamente hasta llegar a los 2,4 millones de barriles diarios actuales, según la OPEP.

El suministro a EE.UU., el principal cliente del petróleo venezolano, y uno de los pocos que se lo pagan a precio de mercado, está por debajo de los 900.000 barriles diarios, mientras que el Gobierno venezolano, tras los accidentes registrados en una de las principales refinerías del país, por su deficiente mantenimiento se ve olvidado a importar de EE.UU., también a precios de mercado, 113.000 barriles diarios de gasolina, diésel y lubricantes, para abastecer un mercado interno en el que, con lo que cuesta en España un litro de gasolina, allí se llena el depósito, aunque sea grande.

Conscientes de esta realidad, el ministro del ramo expuso hace escasas semanas el calendario de inversiones de aquí a 2019 para aumentar la producción diaria actual a mas del doble.

Los expertos se preguntan, ¿de dónde van a salir los 200.000 millones de dólares necesarios? ¿a quién se le va a vender esa producción? y ¿a qué precios?, con el panorama energético actual