Una familia de Boiro depuró toneladas de marisco en un garaje con agua de la traída

Javier Romero Doniz
Javier Romero RIBEIRA / LA VOZ

ECONOMÍA

Los propietarios de la casa, durante el operativo, acompañados por la policía y Gardacostas.
Los propietarios de la casa, durante el operativo, acompañados por la policía y Gardacostas. Simón Balvís< / span>

Los dueños podrían enfrentarse a un delito medioambiental y a otro contra la salud pública

24 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La presión que en forma de controles diurnos y nocturnos está realizando la Policía Autonómica en la costa de Barbanza desde hace meses para hacer frente al furtivismo vivió ayer por la mañana sus momentos más intensos. Sobre las 12.30 horas, varios agentes de paisano y uniformados, acompañados por funcionarios de Gardacostas de Galicia, se personaron en una vivienda del lugar de Esteiro, en la parroquia boirense de Cabo de Cruz. El objetivo era realizar un registro en el garaje de esta casa, en la que había indicios de que los propietarios y su hijo podrían tener una depuradora presuntamente ilegal de marisco. Bastaron pocos minutos para confirmar las sospechas: el garaje del inmueble escondía tres piscinas industriales que depuraron toneladas de marisco durante «bastante tiempo» con agua de la traída.

Lo que parece claro es que el bivalvo localizado ayer en Boiro es solo la punta del iceberg de la actividad que esta depuradora clandestina podría llevar realizando durante meses. Ninguna fuente oficial quiso especificar si las tres piscinas localizadas llevan más de un año trabajando en la sombra, lo único que se limitaron a decir es que «podrían llevar meses». Uno de los pocos datos que ha trascendido cifra en algo más de 200 kilos de almeja japónica y babosa y berberecho la mercancía localizada ayer. Parte de ese marisco fue trasladado directamente al Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) para saber si tiene toxina e intentar determinar su procedencia, algo que ayer, en la vivienda, parece ser que nadie supo concretar. El resultado de las pruebas determinará también el delito, que podría ser de dos tipos: medioambiental y contra la salud pública. Al parecer, el marisco que pasaba por este garaje, además de con agua de la traída, a la que se le echaba sal, se «depuraba también con cloro».

La actividad de la Policía Autonómica y de los funcionarios de Gardacostas se prolongó durante más de dos horas. En un primer momento, el matrimonio titular de la casa, que tiene negocios relacionados con el marisco en la localidad arousana de Carril, se mostró reticente a permitir el acceso de los funcionarios. Finalmente, la pareja desistió, ya que el operativo contaba con el respaldo del Juzgado número 2 de Ribeira, al parecer, ante las evidencias puestas sobre la mesa por los agentes policiales. Hay que decir que los responsables de la investigación se mostraron, desde el primer momento, muy opacos, negándose a contestar a casi todas las preguntas relacionadas con la investigación.

Mil kilos en cuarentena

El operativo realizado ayer tuvo un segundo escenario. Se trata de una depuradora legal que se encuentra en el lugar de O Chazo, en la misma parroquia boirense de Cabo de Cruz. Allí, el matrimonio propietario de la primera vivienda tiene alquilada «legalmente» otra piscina para limpiar marisco. Lo que no tenían claro los policías y los funcionarios de Gardacostas es el origen de los más de mil kilos de almeja que había en este depósito. Es por eso que también se tomó una muestra para que sea analizada en Intecmar y así poder clarificar la procedencia. Mientras, esta familia residente en Esteiro declinó, a través de un portavoz, hacer declaraciones por el momento sobre lo sucedido.