La red gallega de las dos entidades, con más de 500 empleados, apenas se tocará

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La baja duplicidad en el noroeste permitirá complementar las sucursales, y el grueso del ajuste se ejecutará en Madrid

18 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque lleva su origen en el nombre, el Gallego es un banco bastante madrileñizado. Tiene en el centro de España casi 30 oficinas, dos edificios de servicios centrales y más de 220 empleados, casi un tercio de toda la plantilla. Es ahí donde, coinciden diversas fuentes consultadas, se prevé el mayor ajuste de personal y sucursales por la venta al Banco Sabadell, que tiene en ese mismo territorio más de 200 oficinas y 1.500 trabajadores. En otros puntos de España la presencia del Gallego es muy menor, apenas una sucursal por provincia tras el repliegue que hizo la entidad hace unos años, tras un ERE que afectó a un centenar de trabajadores.

¿Qué sucederá en Galicia? Está por ver, pero todo apunta a una complementariedad de las redes bajo una misma marca, para crear una entidad con unas 140 oficinas (ahora la suma de ambas es de 145). Las plantillas de Sabadell y Gallego en esta comunidad suman 512 personas: 162 trabajan para la catalana; unas 350 para la gallega. De estas, una treintena están en la sede central de A Coruña, según cálculos sindicales. Estos servicios en la urbe herculina son los que más podrían resentirse, porque es donde tiene el Sabadell su delegación territorial, con Pablo Junceda al frente. Aunque por ahora todo son especulaciones. No ha habido contactos entre plantilla del absorbido y la dirección del comprador, algo lógico en tanto la operación tiene aún que recibir el visto bueno final de Bruselas (aunque no se esperan sorpresas).

«La llegada del Sabadell parece una buena noticia sobre el papel, porque, en primer lugar, confirma la viabilidad del banco, que seguirá funcionando», valoraba ayer Arturo Cruzado, de CC.?OO., el sindicato mayoritario en el Banco Gallego. «No valoramos si su oferta era mejor o peor que otras, eso no nos corresponde a nosotros, ahora lo que toca es conocer el plan del Sabadell. Lo que queremos es el mantenimiento del empleo -agregaba- y que cualquier salida sea voluntaria, principalmente por motivos vegetativos». Es decir, a través de prejubilaciones, una fórmula usual entre la banca. En la firma gallega hay alrededor de 140 empleados mayores de 55 años que, atendiendo a lo sucedido en otras fusiones y compras, podrían salir del banco con esa fórmula pactada.

El historial del Sabadell en procesos anteriores invita a pensar en esa solución. El ajuste de plantilla tras la alianza con el Guipuzcoano, o la compra de la CAM, se hizo sin apenas ruido. Y eso que en esta última el recorte laboral fue considerable: casi 1.300 personas abandonarán la entidad.

Frente a BES y Banesco

Lo cierto es que de las tres entidades en liza para hacerse con la firma gallega, la que presentaba mayores duplicidades era la del Sabadell. Las alternativas del portugués Espíritu Santo (BES) o del venezolano Banesco supondrían seguro un menor impacto laboral, pero planteaban otros interrogantes que el FROB, según las fuentes consultadas, valoró negativamente. La inestabilidad política en Venezuela o la situación económica de Portugal no empujaban a favor de esa adjudicación.

Para el personal de entre 30 y 50 años, según otras fuentes, el proyecto de futuro del Sabadell aparece también como el más estable.

En el Gallego hay 140 empleados mayores de 55 años que podrían ser prejubilados