China creció menos de lo previsto en el primer trimestre del 2013

Efe

ECONOMÍA

La segunda economía mundial se situó en el 7,7 % interanual

15 abr 2013 . Actualizado a las 12:18 h.

El crecimiento de la economía china cayó en el primer trimestre del 2013 y se situó en el 7,7 % interanual, una cifra menor a la que esperaban los analistas y que cuestiona la tendencia alcista de la segunda economía mundial.

El volumen total de su producto interior bruto (PIB) alcanzó los 11,89 billones de yuanes (1,92 billones de dólares, 1,46 billones de euros) hasta marzo, según la oficina de estadísticas nacional (NBS).

El crecimiento del gigante asiático en este primer trimestre está por debajo de los augurios de los analistas, que esperaban alrededor de un 8 %, después de que el país creciera un 7,9 % en los últimos tres meses del 2012 y varios indicadores macroeconómicos a principios de año mostraran un repunte de la actividad manufacturera, así como del comercio exterior. El profesor de Economía de la escuela de negocios CEIBS Bala Ramasamy quita hierro a la bajada sufrida en este primer trimestre y aseguró que, a largo plazo, «no se puede considerar que sea un dato negativo». «El principal motivo de la bajada es la dependencia de la economía china en los factores externos, y hasta que la economía no se apoye mayoritariamente en la demanda interna habrá una cierta volatilidad en las cifras».

Otra de las causas de la caída es la débil producción industrial que registraron las compañías chinas a principios de año, un indicador que creció «solamente» un 8,9 % durante el mes de marzo, un punto porcentual menos que la cifra conjunta de enero y febrero y hasta tres puntos menos que la registrada en marzo de 2012.

Varios organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial (BM) o el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) pronosticaron recientemente que el gigante asiático crecerá entre el 8,2 y el 8,5 % en 2013, unas cifras lejanas a los resultados del primer trimestre.

«Estos informes siempre están condicionados al ritmo de la demanda externa», subrayó Ramasamy, quién auguró crecimientos entre el 7,5 y el 8 % del gigante asiático en los próximos trimestres.

«Teniendo en cuenta el tamaño de la economía china son cifras más que respetables», destacó el profesor, que no ve posible que China crezca a tasas de doble dígito en el futuro, como ya afirmó el propio presidente del país, Xi Jinping, en el reciente Foro de Boao -la reunión económica más importante de Asia-.

Las autoridades chinas buscan reequilibrar el modelo económico del país, muy dependiente durante décadas de su comercio exterior y de la inversión del Gobierno, para orientarlo hacia uno en el que el consumo interno tenga más protagonismo y tire del carro del crecimiento económico. Otros datos de los tres primeros meses del año, sin embargo, constatan que la inversión en activos fijos del Gobierno -principalmente en infraestructuras- ha crecido en la misma medida que en el mismo periodo de 2012 y que, en cambio, las ventas al por menor, principal indicador del consumo del país, aumentaron en menor proporción.

Las claves para transformar el modelo, según el académico del CEIBS, son una reforma del sector financiero del país que facilite el crédito a las medianas empresas y una consolidación del estado del bienestar «que permita que los chinos confíen y no teman por su futuro». «Mientras los ciudadanos no se sientan cómodos, las inversiones irán dirigidas en sectores como el inmobiliario, algo que provoca las temidas burbujas y la volatilidad», apuntó Ramasamy. De hecho, y a pesar de la desaceleración del crecimiento, la inversión en el sector inmobiliario aumentó un 20,2 % en el primer trimestre con respecto al mismo periodo de 2012. «Hasta que no se cambie el modelo de crecimiento económico del país veremos una cierta volatilidad en el crecimiento de China, ya que la situación externa sigue siendo complicada y no parece que vaya a estabilizarse próximamente», añadió el profesor.

Aunque dice «estar seguro» de que los nuevos líderes llevarán a cabo las reformas necesarias en este ámbito, también augura que la transformación no será de un día para otro. «Estamos hablando de un período de entre tres y cinco años», precisó, por lo que, durante este tiempo, «vamos a entrar en una dinámica de altibajos constantes».