Portugal da otro hachazo al Estado de bienestar para evitar un nuevo rescate

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Passos Coelho volvió a cargar toda la responsabilidad de la crisis sobre el Constitucional

08 abr 2013 . Actualizado a las 13:01 h.

Los portugueses están abocados a sufrir más recortes sociales y ver achicado más el Estado de bienestar ante la receta diseñada por el Gobierno de Pedro Passos Coelho para evitar pedir un segundo rescate. El primer ministro conservador no subirá más los impuestos (ya lo ha hecho bastante) para compensar el agujero de 1.300 millones de euros que deja en las cuentas del Estado la decisión del Tribunal Constitucional de tumbar cuatro de las medidas de austeridad incluidas en los Presupuestos del 2013. La alternativa será un nuevo tijeretazo al gasto público, con nuevos recortes en la sanidad, la educación, la seguridad social y las empresas públicas. La oposición en bloque rechazó los nuevos recortes.

En una declaración televisada de diecinueve minutos, Passos Coelho reconoció que «no va a ser un ejercicio fácil» y que «solo tenemos una alternativa para acelerar la reestructuración del Estado» que pasa por imponer «medidas enérgicas para contener» el gasto de los ministerios de las áreas sociales. Defendió las nuevas medidas afirmando que Portugal está en estado de «emergencia financiera» y la decisión del Constitucional complica aún más la situación. Por segundo día cargó toda la responsabilidad contra el alto tribunal, al que acusó de poner en riesgo la recuperación financiera del país y las negociaciones para alargar los plazos de devolución del rescate que pidió en el 2011, al anular medidas de austeridad, como la suspensión de las pagas extraordinarias de funcionarios y pensionistas.

También recalcó que sigue «comprometido con el cumplimiento» del rescate y que tendrá que «explicar» a la troika la situación generada por la sentencia judicial inapelable.

Apoyo para seguir

A su cita con los portugueses llegaba tras recibir, en una reunión de urgencia la noche del sábado, la confianza del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, para que termine la legislatura y evitar así elecciones anticipadas, a pesar de las demandas para que dimita por parte de la oposición.

El jefe del Gobierno quiso dejar un aviso a los partidos, especialmente al socialista, y a los interlocutores sociales, con una especie de apelación ante el presidente para promover un consenso nacional -muy probablemente a través de la convocatoria de un Consejo de Estado-. «Las metas nacionales van más allá de los colores de los partidos y no distinguen de Gobiernos, no podrán alcanzarse si no hay compromisos duraderos entre nuestras instituciones», dijo.

Aunque cuenta con una cómoda mayoría absoluta en el Parlamento, Passos ha sufrido una «semana horribilis». A pesar de superar una moción de censura de toda la oposición, el Gobierno afrontaba una crisis política tras la dimisión del ministro Miguel Relvas, mano derecha del jefe de Gobierno, ante las denuncias de falsear su licenciatura universitaria.

Los apuros de Passos ha servido a Antonio José Seguro para reivindicarse como líder del Partido Socialista en medio de la crisis que su partido vive desde la derrota de José Sócrates.