Dos corralitos: Chipre y España

ECONOMÍA

24 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El cáncer de la economía española y chipriota tiene un mismo origen: el crecimiento galopante y tóxico de su sistema financiero. Pero ni en un caso ni en el otro los presuntos supervisores (el Banco Central Europeo y el del país) evitaron que llegaran a convertirse en problemas sistémicos. Lejos de eso, una vez producida la hecatombe, se presentan hoy como los que, muy a su pesar, tienen que tomar medidas para la salvación de los bancos zombis. Con préstamos para garantizar los intereses de los acreedores externos a costa de los ciudadanos.

En Chipre con una quita media del 10 % a todos los depositantes y en España con una del 40 % a los ahorradores que cayeron en el timo de preferentes y subordinadas. En un caso saltándose la garantía de depósitos hasta los cien mil euros, y en el otro considerando inversores profesionales (¡setenta mil ciudadanos gallegos¡) a ahorradores normales y corrientes. Ya que con una media de treinta mil euros invertidos no se puede tratar, en general, de otra cosa.

El ministro de Economía español habla, mientras tanto, de productos complejos con comercialización incorrecta, pero los responsables de estas criaturas (supervisores y comercializadores) no se observa que estén ya en la cárcel. Y el Gobierno, en vez de decidir que, salvo si la entidad puede demostrar que el cliente sabía muy bien lo que firmaba, todo lo que no pase de cien mil euros por cliente debe ser reembolsado por el Fondo de Garantía de Depósitos, lo que hace es darles unos recortes de papel (con cotización inexistente o estrangulada) a cambio de sus ahorros.

Un timo masivo de la estampita. Claro que tales tropelías -aquí y en Chipre- se ejecutan para cumplir los dictámenes de la troika. Aquí para cumplir con un rescate bancario ya firmado y en Chipre para acceder a un rescate del país provocado por la debacle de sus bancos.

Y en ambos casos la mayor paradoja es comprobar que los protagonistas de las vacas gordas desaparecen elegantemente de escena, dejando paso a los hombres de negro que envían el FMI y el BCE. Y es así como disfrutamos de entidades financieras en España que están a punto de convertirse en las que tienen más acciones del mundo (a un precio que oscila entre el 0,01 y 0,3 euros), de un banco malo que no vende nada, de un FROB liquidador y de algunos bancos buenos que nos anuncian la inminente salida de la recesión, mientras el desempleo es galopante y sus miles de desahucios son considerados tropelías por un tribunal internacional.

Pero al BCE, al FMI y a Merkel no les preocupan estas cosas. Es una lástima que se hayan equivocado de penitentes, y que estén haciendo recaer en la gente de a pie lo que tenían que purgar nuestra plutocracia. Personajes que estarán esta Semana Santa invernando en un paraíso (fiscal y climático).