El personal de Navantia se planta contra la bajada de los salarios

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Los sindicatos exigen la dimisión de la cúpula de los astilleros públicos

23 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ha sido como echar gasolina a las llamas. Tras más de un año y medio de espera para que se cumplan las promesas políticas con respecto a la construcción de un dique flotante que frenaría los centenares de despidos que padece el naval ferrolano, después de escuchar al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decir que la ocupación en los astilleros gallegos es alta y cuando sigue sin conocerse la fecha de arranque del buque hotel para Pemex, el anuncio del presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, de que aplicará rebajas salariales a la plantilla de Navantia ha sido el detonador que ha hecho explotar a los trabajadores del sector.

«No nos vamos a bajar el salario y es más, lo primero que vamos a hacer es exigir que nos digan sus sueldos. El presidente del Gobierno publica su declaración de la Renta, así que queremos saber cuánto cobran el presidente, los directivos y los últimos que han llegado a la casa», advirtió Ignacio Naveiras, portavoz del comité de la antigua Bazán. La rebaja de las retribuciones se producirá, según la SEPI, en el marco de un plan de competitividad anunciado el pasado jueves en el Congreso que, para los operarios, solo tiene por objetivo quitar el foco de sus reclamaciones de carga de trabajo.

Aguirre aseguró que los astilleros cerraron el 2012 con 77 millones de pérdidas y el objetivo es rebajarlas esta año hasta los 49. Ello, con un escenario de falta de nuevos pedidos en la ría ferrolana y en la bahía de Cádiz. «Es imposible que reduzcan las pérdidas a la mitad con nuestros salarios. Nosotros cumplimos siempre con lo encomendado y ellos son los que no han sabido en 14 meses retener a los clientes y lograr nuevos contratos», criticó Naveiras.

Tanto el comité de empresa del astillero ferrolano como la CIG calificaron de incompetentes a los actuales gestores de la compañía, y exigieron su dimisión «antes de que arruinen e pechen Navantia». Como el resto de centrales, CC.OO. rechazó negociar bajadas de sueldos aunque se mostró abierto a hablar de mejora de la competitividad. Además, el comité de empresa pidió a los trabajadores «a nula colaboración naquelas tarefas que non sexan estritamente as obrigacións de convenio». La empresa había pedido a aquellos empleados que se encuentran sin ocupación como consecuencia de la falta de encargos que llevasen a cabo trabajos de mantenimiento y de movimiento de materiales, que no eran de su competencia y los portavoces de la plantilla habían accedido siempre que el operario aceptase voluntariamente. Ahora, el comité pide que no se colabore con la dirección de los astilleros en ese sentido.

Los trabajadores insisten en que el objetivo principal para los responsables de la compañía tiene que seguir siendo la obtención de ocupación, ya que aunque el presidente de la SEPI aseguró que la previsión es que este año haya trabajo para el 52 % de los operarios de las plantas gallegas, en ese cómputo no tuvo en cuenta la destrucción de unos 2.000 puestos en las compañías auxiliares.

Una procesión

Por ello, los operarios continuarán con las movilizaciones para exigir trabajo. El próximo miércoles protagonizarán una procesión simbólica por las calles de la ciudad.