El sector pesquero arremete contra la Comisión Europea por su oposición al arrastre
ECONOMÍA
El Parlamento Europeo se convirtió ayer en el escenario de una nueva batalla entre el sector pesquero europeo y la Comisión. En esta ocasión, todas las críticas se centraron en la propuesta que dejó sobre la mesa la comisaria griega, María Damanaki, para prohibir definitivamente la pesca de arrastre en aguas profundas.
La proposición llegó a la Eurocámara antes de que lo hicieran varios informes científicos que ayer pusieron en evidencia la poca solidez de la hoja de ruta del Ejecutivo comunitario. Varios de esos documentos indican, contradiciendo a la Comisión, que algunas poblaciones demersales como la maruca azul, el granadero o el sable negro, han aumentado los stocks y se encuentran en niveles muy cercanos al máximo rendimiento sostenible (MRS) en zonas del Atlántico nororiental, después de la sobreexplotación sufrida durante los noventa.
Tanto el sector pesquero como los expertos científicos instaron a la Comisión a recabar más datos para poder adoptar medidas de protección para las especies vulnerables y recomendaron cartografiar las zonas de pesca con el fin de detectar aquellas donde el impacto en las poblaciones demersales sea menor, sin afectar por ello al desarrollo socioeconómico de regiones donde el arrastre tiene gran peso.
La Confederación Española de Pesca (Cepesca) apoyó la propuesta de delimitar a través de estudios científicos, como el elaborado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), aquellos hábitats marinos con fondos arenosos y fangosos donde poder pescar con arrastre. El secretario general, Javier Garat, expresó su indignación por la falta de interés que mostró la Comisión ante esta propuesta: «Hoy se ha ignorado a todo el sector pesquero, ni nos han escuchado ni han tenido en cuenta nuestras necesidades». Garat apunta que la prohibición de esta técnica «puede afectar a más de 1.000 buques españoles».