Linde desvela que el plan del actual presidente de Bankia era deficiente

jorge murcia / Colpisa

ECONOMÍA

Evitó valorar ante el juez la gestión de Rodrigo Rato para no aumentar la polémica política

16 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La investigación y los testimonios escuchados en la Audiencia Nacional por el caso Bankia han hecho aflorar el humus político que ha impregnado tanto el nacimiento como la salida a Bolsa y el desplome final de una entidad concebida como un gigante del sector.

Ayer, le tocó el turno de testificar al actual gobernador del Banco de España. Luis María Linde se negó a valorar la gestión de Bankia anterior al 10 de junio, que es cuando él asumió la dirección del Banco de España. Linde explicó que en un informe del regulador fechado el 22 de junio se ponían de manifiesto las «numerosas deficiencias» del plan de recapitalización elaborado por José Ignacio Goirigolzarri tras coger los mandos del grupo financiero. Entre ellas, que la política salarial y de retribuciones «sigue sin gestionarse como una empresa en crisis», o que el plan de eficiencia destinado a reducir los costes de la entidad «no es suficiente».

No fue más atrás Linde. Por eso ha quedado al margen del cruce de dardos envenenados en que se ha convertido el caso. Hasta el momento, los distintos protagonistas del juicio han ido pasándose la pelota, sin que ninguno de los 33 imputados ni los cinco testigos que han desfilado por los tribunales haya hecho ejercicio alguno de autocrítica.

Las injerencias políticas, las presiones e incluso los recelos personales han jugado un rol protagonista en esta fase de instrucción del caso.

Los puñales han volado en todas las direcciones. Buena parte de los imputados que declararon a finales del pasado año dirigieron los suyos hacia el Banco de España, al que acusaron, principalmente, de forzar la fusión de las siete entidades que dieron lugar al grupo BFA-Bankia.

Olivas, presidente de Bancaja, y Rodrigo Rato, máximo dirigente de Bankia, aseguraron que el gobernador del Banco de España los coaccionó para que le entidad valenciana entrara a formar parte del grupo. Ninguno de los dos estaba de acuerdo con la operación. Tanto Fernández Ordóñez como el que era subgobernador por aquel entonces, Francisco Javier Ariztegui, negaron la mayor ante el juez.

El primero de ellos nunca ha disimulado su falta de sintonía con el PP y varios de sus miembros. En el tramo final de su mandato, tuvo que transigir con la injerencia del Ministerio de Economía, comandado por Luis de Guindos, que rechazó el plan de recapitalización de Bankia que previamente había aprobado -con salvedades, eso sí- el Banco de España. Fue entonces cuando el supervisor «perdió el control» de la situación. A este respecto, De Guindos aseguró ayer en Moscú que «se tuvo que hacer en seis meses lo que no se hizo en tres años».

Ordóñez tampoco veía con buenos ojos a Rodrigo Rato, a quien no consideraba capacitado para dirigir el grupo financiero, si bien no era partidario de apartarlo de la dirección.