La aportación española al presupuesto comunitario cae por la crisis
09 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El paro juvenil ha conseguido hacerse un hueco en la mesa de negociaciones presupuestarias del Consejo Europeo en Bruselas. Las vertiginosas cifras de desempleo entre los jóvenes de la Unión han acaparado la atención de su presidente, Herman van Rompuy, que a principios de semana anunció un ambicioso plan para poder hacerle frente. Tras dos días interminables de negociaciones en torno a los presupuestos comunitarios de los próximos siete años, ayer se revelaron las cifras definitivas del fondo de ayuda, una vez que los Estados miembros dieron su apoyo unánime a la propuesta. La UE destinará 6.000 millones de euros al fomento del empleo juvenil. De ese total, España recibirá mil, a repartir entre aquellas regiones cuya tasa de paro supere la media de la UE (25 %).
Esta concesión se realiza en un momento de extrema necesidad para el país. Más de la mitad de los jóvenes en edad de trabajar se encuentran sin empleo y las exigencias de austeridad en los presupuestos nacionales han dejado al Gobierno de Mariano Rajoy sin margen de maniobra para poder impulsar programas de gran envergadura. «Hemos tenido en cuenta la situación particularmente difícil de los jóvenes en algunas regiones», reconoció ayer Van Rompuy mientras apremiaba a los líderes europeos a llegar a un acuerdo que llegó a media tarde.
Para España el resultado ha sido moderadamente positivo pese al tijeretazo de 34.000 millones de euros que han sufrido las cuentas de la Unión, cuyo presupuesto se ha limitado a los 960.000 millones. Además de la ayuda excepcional al empleo juvenil, la UE ha decidido mantener gran parte de los fondos españoles de cohesión -de los que Galicia recibirá al menos 2.280 millones- y agricultura. Todo ello sin que el Estado tenga que aportar más al presupuesto comunitario. Con el acuerdo aprobado ayer, España podría ahorrar 3.300 millones. Todo dependerá de lo que decida ahora el Parlamento Europeo.
El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, reiteró su firme intención de vetar las cuentas si se quedan cortas y fuentes españolas de la institución han advertido de que «no sería tan perjudicial tumbar el acuerdo y negociar año a año unas perspectivas mejores».